Matutina para Mujeres | Domingo 23 de Marzo de 2025 | Cuando Jesús te encuentra… no te pega

Matutina para Mujeres | Domingo 23 de Marzo de 2025 | Cuando Jesús te encuentra… no te pega

Cuando Jesús te encuentra… no te pega

“Y, cuando la encuentre, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: ‘¡Alégrense conmigo porque encontré mi moneda perdida!’ ” (Lucas 15:9).

Era viernes de noche y Lucy regresaba de la iglesia con un grupo grande de hermanos que vivían por el mismo camino. Ella iba feliz entre la multitud con su abuelita Cris, ya que los viernes dormía en casa de ella. Durante el camino mantuvo una amena charla con su tío que iba en una bicicleta y, sin darse cuenta, Lucy se alejó del grupo. El tío la condujo hasta la casa de la abuelita y ella esperó en la puerta. De pronto, el auto de sus padres apareció, su mamá bajó muy asustada, fue por ella hasta la puerta, la tomó fuerte de la mano y la subió al vehículo. Al llegar a su casa, se encontró con más personas asustadas porque ella estaba aparentemente perdida.

Resultó que cuando los padres pasaron junto a la multitud, se percataron que su pequeña hija no estaba en el grupo y, al preguntar a la abuelita, ella no supo qué decir. El susto de la madre de Lucy se convirtió en enojo y, tomando el cinturón, le dio fuerte en las canillas. A decir verdad, a Lucy le dolió más cuando saber que esa noche no iría a dormir con su abuelita. Lo sé, porque Lucy soy yo.

Los padres pueden reaccionar con enfado cuando encuentran a un hijo que desapareció por un momento. Quizás el temor de perderlos para siempre les invade y canalizan su angustia en un castigo. Sin embargo, la manera de actuar de nuestro Padre celestial es muy distinta.

En Lucas 15 encontramos la maravillosa forma en que Jesús nos trata cuando nos encuentra:

  • La oveja se alejó del grupo. Cuando el pastor la encontró, dijo a todos “alégrense conmigo”.
  • La moneda se extravió. Al ser encontrada, la mujer salió a gritar su alegría a sus amigas.
  • El hijo se fue del hogar. Cuando regresó, el padre lo vistió, le puso un anillo y organizó una gran fiesta.

¿Ves con cuánto amor nos trata nuestro amante Salvador cuando nos encuentra?

Querida amiga, si has estado separada del grupo, o escondida lejos de Jesús, no tengas miedo de dejarte encontrar. La buena noticia es que Jesús te tomará en sus brazos, sanará tus heridas, confortará tu alma y te guiará por sendas de justicia, pero nunca te castigará.

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