¿Tienes basura que tirar esta noche?
“En paz me acostaré y dormiré, porque solo tú, oh Señor, me mantendrás a salvo” (Salmos 4:8).
El mercado al aire libre más grande de Europa es el Porta Palazzo y se encuentra en una plaza de Turín, Italia. Allí se vende una gran variedad de frutas, verduras, especias, granos, carnes, quesos, etc. que son adquiridos por personas de diversas partes del mundo. Al final de una jornada, el mercado se convierte en una enorme montaña de basura: desperdicios de alimentos, cartones y maderas. Durante seis horas, una decena de hombres, con potentes máquinas, se encargan de limpiar la plaza para que comerciantes y compradores puedan hacer uso de ella al día siguiente.
Nuestra vida es igual a un mercado. Diariamente convivimos con diferentes tipos de problemas y preocupaciones que dejan basura en nuestro espacio. Es importante reconocer que, en ocasiones, nosotras mismas producimos esa basura. ¿Qué pasaría si las personas que limpian la plaza del mercado dijeran: “Hoy no limpiaremos porque mañana estará repleta de basura nuevamente”? Imposible ¿verdad? O, ¿podrías caminar en un mercado que abastece de alimentos a tu familia en medio de desperdicios, moscas contaminándolo todo y pestilencia? Imagino que no.
Lo mismo ocurre con nuestra mente cuando no limpiamos la basura acumulada. Nadie en su sano juicio podría dormir en paz en medio de desperdicios malolientes y nadie quiere caminar en medio de la basura. “En paz me acostaré” significa ir a dormir sin remordimientos, sin rencores, sin pensamientos que apestan y pudren nuestro corazón. Las malas relaciones interpersonales pueden convertirse en vidas acumuladoras de basura emocional que son potenciales focos de infección de enfermedades como el odio, la traición, las burlas, las mentiras, la falta de cortesía y un sinfín de daños mortales. La basura no huele bien; los desperdicios producen gusanos y quien duerme entre la basura no puede dormir en paz.
Querida amiga, la buena noticia es que no necesitas seis horas, ni potentes máquinas para dejar limpia tu mente. Un momento de oración y estudio de tu salmo preferido antes de dormir, con una confesión sincera, dará lugar a que Jesús haga el proceso de limpieza en tu corazón. Entonces podrás decir: “En paz me acostaré y dormiré, porque solo tú, oh Señor, me mantendrás a salvo”. Deshacernos de la basura emocional es un gran objetivo para este año.