La llegada de la vejez
Todo este discurso termina en lo siguiente: Teme a Dios, y cumple sus mandamientos. Eso es el todo del hombre. Eclesiastés 12:13, RVC.
Salomón escribió el Eclesiastés en la vejez, arrepentido de su vida extraviada. En la mayor parte del libro relata la insensatez de su juventud. Por eso, a ti que eres joven, te animo hoy a considerar estos consejos, ahora que estás a tiempo de encaminar tu vida.
El capítulo 12 es un llamado a buscar a Dios en los años tempranos, antes de que el ciclo de la vida decline y uno muera sin haber descubierto el propósito de Dios para su vida. El lenguaje figurado de los versículos 2 al 6 describe el agotamiento de las facultades físicas a medida que declinamos con la edad. Mira la profundidad de las metáforas bíblicas de Eclesiastés 12 sobre la vejez.
Versículo 2. “Antes que se oscurezca el sol, y la luz y la luna y las estrellas”: el debilitamiento visual. “Vuelvan las nubes tras la lluvia”: la depresión senil, el llanto al recordar el pasado.
Versículo 3. “Cuando temblarán las guardas de la casa”: el debilitamiento progresivo de las piernas y los muslos.
Versículo 4. “Las puertas de afuera se cerrarán”: poca conversación o no le prestan atención. “Cuando se levantará a la voz del ave”: el sueño ligero e insomnio de la vejez. “Todas las hijas del canto serán abatidas”: una voz cansada y débil.
Versículo 5. “Cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino”: la pérdida del equilibrio, el caminar despacio, la imposibilidad de trepar alturas. “Florecerá el almendro”: llegada de las canas y la calvicie. “La langosta será una carga”: ya no puede levantar carga pesada. “Se perderá el apetito”: otra traducción dice “no servirá de nada la alcaparra”. Se creía que la flor de la alcaparra era afrodisíaca, refiriéndose a la disminución del deseo sexual.
Versículo 6. “Antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro”: el encorvamiento de la espina dorsal y la debilidad cerebral. “El cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo”: la muerte, el fin de la existencia (ver 3CBA, pp. 1119-1121).
La vejez no es fácil. “Los ancianos también necesitan sentir la benéfica influencia de la familia. […] Háganles sentir que se aprecia su ayuda, que aún les queda algo que hacer en cuanto a servir a los demás, y esto les alegrará el corazón e infundirá interés a su vida.
En cuanto sea posible, hagan que permanezcan entre amigos y asociaciones familiares aquellos cuyas canas y pasos vacilantes muestran que van acercándose a la tumba” (MC, p. 155).