Lo que tu hija necesita de ti
“A medida que crecen, nuestras hijas se vuelven más como nosotras”. Amy Newmark
La Biblia no es un manual para ser una buena madre, pero contiene valiosos principios acerca de la maternidad. El primero y más importante, lo señala el Salmo 127:3: “Los hijos que nos nacen son ricas bendiciones del Señor” (TLA). Darles la bienvenida al mundo como una bendición marca la diferencia a la hora de enfocar nuestro papel en su desarrollo y nuestro estado emocional en la relación con ellos.
Tras este principio se encuentra otro, señalado en el capítulo dedicado a la mujer conforme al ideal de Dios: Proverbios 31. Dice así: “Enseña a sus hijos con amor” (vers. 26, TLA). Por tanto, partimos de dos conceptos: ser madre es una bendición y requiere educar con amor. Estando presentes la percepción de la bendición y la seguridad del amor, lo que queda por delante es la tarea de criarlos día a día, para la cual conviene tener pautas de lo que es mejor en su desarrollo. Comparto cuatro claves para criar niñas, de tal manera que lleguen a ser adultas de bien.102
Lo que una hija necesita de su madre es:
- Consuelo y apoyo emocional. Investigaciones demuestran que cuando una hija confía en que su relación con su madre es sólida, se siente protegida de las amenazas emocionales. La Biblia señala en esta dirección cuando afirma: “Como una madre consuela a su hijo, así los consolaré yo a ustedes” (Isa. 66:13).
- Que acepte su propio cuerpo. Según estudios, existe una conexión directa entre la vergüenza y el rechazo que siente una madre hacia su propio cuerpo y la falta de confianza de la hija en su propia imagen corporal. Por eso, no te mires mucho al espejo y hazle saber a tu hija que tenga el cuerpo que tenga, es aceptable.
- Un estilo educativo práctico y flexible, que establezca límites claros a la par que anime a la independencia; con una disciplina que apoya, no que castiga por castigar. Esto protege a las niñas de sentimientos de vergüenza, del aislamiento social y de vivir a la defensiva.
- Que sus expectativas no sean imposibles de cumplir. Una hija necesita que mamá crea en ella y se lo diga en términos del tipo: “Sé que te irá bien en la universidad”; pero que esas expectativas sean realistas.
Tu hija necesita de ti un estilo de maternidad que la ayude a florecer. Tenlo siempre presente.
“¿Acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo?” (Isa. 49:15).
102 Daniel Flint, “The research on raising great kids”, Psychology Today, octubre de 2021, pp. 46-49.