Matutina para Mujeres | Jueves 17 de julio de 2025 | El aire de vida

Matutina para Mujeres | Jueves 17 de julio de 2025 | El aire de vida

Matutina para Mujeres

«Luego el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra.

Sopló aliento de vida en la nariz del hombre,

y el hombre se convirtió en un ser viviente» (Génesis 2:7).

Cierro los ojos y puedo imaginar a Jesús arrodillado al lado de un muñeco de barro que yace inerte en el suelo. Una ardilla observa desde los arbustos y una jirafa mira de reojo hacia abajo. Tiene todos los sistemas perfectamente diseñados, sus extremidades son perfectamente simétricas y los órganos vitales esperan la orden para iniciar su trabajo. Hay todo menos vida, falta el último regalo para su insuperable diseño.

Entonces, Jesús se inclina un poco más y se acerca a esa protuberancia que sobresale en el rostro y en la que ha dejado dos pequeños orificios. Jesús inspira el aire y lo suelta lentamente dentro de la nariz de su creación. El sistema respiratorio se ha activado y, con él, el corazón ha dado su primer latido. ¡Sí! Hay latido. Y las

venas y arterias ya han hecho su trabajo, los pulmones han recibido el oxígeno y han hecho su intercambio gaseoso por primera vez. ¡Es genial! El muñeco respira y ya no es más un muñeco, ahora es un ser humano.

Si no somos capaces de apreciar el regalo del aire, es probable que no hayamos sido muy agradecidos. Conocí a la doctora Loretta, a quien un desafortunado día, le descubrieron una enfermedad que estaba dañando sus pulmones. Fuimos testigos de cómo la vida de Loretta se fue apagando por el poco aire que podía entrar a sus pulmones. Con donativos y arduos esfuerzos de familiares y amigos se logró recaudar los fondos para hacer el trasplante de sus pulmones, pero tristemente su cuerpo no los aceptó y una madrugada, la vida de Loretta se apagó. Durante la covid-19, millones de personas experimentaron lo que significa estar sin aire y miles murieron.

¿Alguna vez te has detenido a agradecer por el aire? Damos por hecho que está ahí, que lo merecemos, pero no le damos el valor que le corresponde. Respirar no es solo un movimiento mecánico, es más que eso. Una correcta respiración aporta mejor oxigenación a la sangre, una mente bien oxigenada piensa mejor y una mente que piensa mejor, toma mejores decisiones.

Sal al campo, levanta los brazos, respira aire puro y agradece a Dios por tu sistema respiratorio. Procura, en la medida que te sea posible, respirar aire saludable. Necesitamos a Dios en nuestra vida como al aire que respiramos.

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