Matutina para Mujeres | Jueves 24 de Abril de 2025 | ¿Hacia dónde dan tus ventanas?

Matutina para Mujeres | Jueves 24 de Abril de 2025 | ¿Hacia dónde dan tus ventanas?

¿Hacia dónde dan tus ventanas?

“Cuando Daniel oyó que se había firmado la ley, fue a su casa y se arrodilló como de costumbre en la habitación de la planta alta, con las ventanas abiertas que se orientaban hacia Jerusalén. Oraba tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios” (Daniel 6:10).

Siempre hemos leído acerca del edicto que llevó a Daniel al foso de leones temibles y, yo agregaría, hambrientos. Pero ¿sabemos por qué oraba con las ventanas abiertas que daban hacia Jerusalén? La respuesta la encontramos en 2 Crónicas 6:38-39: “Si allí en el país adonde los llevaron cautivos se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma, y oran hacia la tierra que les diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia el templo que he edificado a tu nombre, dígnate escuchar desde los cielos, desde el lugar donde vives, su oración y su ruego; defiende su causa y perdona a tu pueblo cuando peque contra ti”. David lo corrobora: “De rodillas y en dirección a tu santo templo, alabaré tu nombre por tu misericordia y fidelidad, por la grandeza de tu nombre, porque tu palabra está por encima de todo” (Salmos 138:2).

No era casualidad la ubicación de esas ventanas, tampoco era una costumbre sin fundamento el orar en dirección a Jerusalén. Daniel tenía muy claro que, a pesar de ser útil en aquel lugar y estar cumpliendo su misión en la vida, ese no era su hogar. También es importante notar que el profeta no fue a orar solo porque se enteró del edicto. La frase descrita en el versículo de hoy: “como acostumbraba hacerlo” nos deja con certeza el entendido de que era un hábito el cual no iba a abandonar por ningún mandato terrenal.

Cuando oras, ¿hacia adónde dan tus ventanas? ¿En verdad oras hacia la patria celestial? ¿Hacia adónde están dirigidos tus pensamientos mientras hablas con Dios? En ocasiones, nuestros pensamientos divagan durante las oraciones personales y dan a todos lados menos al trono de la gracia. Hemos construido ventanas que dan hacia nuestros problemas, nuestros temores, nuestros afanes, nuestras metas, es decir, ventanas que dan hacia la tierra. Obviamente, desde Babilonia no se veía Jerusalén. Sin embargo las ventanas estaban en dirección cardinal hacia ella y Daniel oraba hacia allá por la fe y el anhelo de volver cuando terminara el cautiverio.

Querida amiga, de igual manera hoy no podemos ver la Nueva Jerusalén, pero por la fe confiamos que pronto estaremos de vuelta en el hogar celestial. Hoy, cuando ores, abre las ventanas de tu corazón, esas que dan hacia el Cielo.

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