![](https://matutinaadventista.com/wp-content/uploads/2024/10/28/matutina-mujeres-1024x576.jpg)
¡Tiburón a la vista!
“Así que manténganse en guardia, no dormidos como los demás. Estén alerta y lúcidos” (1 Tesalonicenses 5:6).
¿Puedes imaginar que un animal pueda dormir solo con la mitad de su cerebro mientras la otra mitad está despierta? Aunque parezca increíble, existe un mamífero marino que tiene la capacidad de hacerlo. Es el delfín, y se le puede encontrar flotando en alta mar mientras duerme con un hemisferio, en tanto el otro está despierto y alerta para no ser arrastrado por la marea o atacado por un tiburón. Cuando se cansa, simplemente cambia de hemisferio para dormir. La cuestión es que siempre se mantiene alerta, de no estarlo, su perdición, o su muerte, están aseguradas.
En la Biblia encontramos un grupo de diez mujeres que serían parte de una celebración matrimonial. En la actualidad, es el novio quien espera impaciente en la iglesia a que aparezca su esplendoroso amor, vestido de blanco, y la emoción lo invade cuando alguien dice: “¡Allí viene la novia!”. Sin embargo, en la antigüedad el enlace era un tanto diferente. La fiesta comenzaba en la casa de la novia, con los amigos e imitados, todos gozaban mientras esperaban al novio quien llegaba media hora antes de la media noche.
Cuando la Biblia dice que el novio se demoraba, podemos intuir que por alguna razón ya había pasado la media noche y no aparecía. Cansadas, las damas se recostaron y se durmieron. De pronto, la voz esperada se escuchó en el silencio de la noche: “¡Allí viene el novio!”. Todas las mujeres se levantaron y buscaron sus lámparas para encenderlas, pero la mitad de ellas no había hecho provisión de aceite en caso de una demora. El fin de la celebración llegó para ellas, mientras que las que llevaban aceite extra entraron a gozar de las bodas.
¿En qué grupo estarías si hoy se escuchara el anuncio de la llegada de Jesús? El mundo en el que vivimos no nos permite darnos el lujo de dormir cuando de nuestra vida espiritual se trata. Estar en alerta mientras esperamos al novio no es una opción, es un estilo de vida. Son hábitos espirituales que debemos desarrollar de manera que nunca estemos completamente dormidas, sino que una parte esté despierta, como los delfines. De esta manera, ninguna corriente podrá movernos de nuestra fe, el enemigo no podrá devorarnos y estaremos despiertas y listas para celebrar con el novio las bodas del Cordero. El enemigo está a la vista, pero si gozamos de la presencia del Espíritu Santo, saldremos vencedoras.