Matutina para Mujeres | Martes 30 de septiembre de 2025 | ¿Se habían visto antes?

Matutina para Mujeres | Martes 30 de septiembre de 2025 | ¿Se habían visto antes?

Matutina para Mujeres

«¿Por qué te entrometes con nosotros, Jesús de Nazaret?

¿Has venido a destruirnos? ¡Yo sé quién eres:

el Santo de Dios!» (Marcos 1:24).

Algunas personas son escépticas en cuanto al trabajo que el enemigo realiza en la tierra. Sin embargo, así como el bien existe, el mal es innegable. Mientras Jesús realizó su ministerio terrenal en el Medio Oriente, con frecuencia los agentes del mal se enfrentaron con él. En repetidas ocasiones, le decían frases como «yo sé quién eres tú, eres el Santo de Dios» o «¿Por qué te entrometes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido

a destruirnos? ¡Yo sé quién eres: el Santo de Dios!» (Lucas 4:34).

¿Qué conocimiento tenían esos demonios sobre el hijo de Dios? ¿Se habían visto antes? Bastante. En el Cielo le habían servido como su supremo comandante y le habían ofrecido las más dulces notas de alabanzas. Ahora, se volvían a encontrar, pero ningún indicio de pureza les llenaba. Todo su ser había sido corrompido y

esos ángeles, que alguna vez fueron nobles, buenos y de gran belleza, ahora estaban llenos de odio y maldad. El apóstol Pablo, sabiendo que la lucha es real, exhorta a la iglesia a estar preparada. «Pues no luchamos[a] contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso» (Efesios 6:12).

En su guerra contra Cristo, los mismos demonios aparecieron en forma de humanos y en los tiempos finales lo volverán a hacer. Elena de White refiere: «Se me mostró que malos ángeles, bajo la forma de creyentes, obrarán en nuestras filas para introducir un fuerte espíritu de incredulidad».

El mundo ha evolucionado y las artimañas del enemigo también. No es común observar a una persona poseída por malos espíritus. Satanás mejoró su técnica para pasar desapercibido mientras actúa en contra del pueblo de Dios. Incluso le conviene que muchos no crean en su existencia. Querida amiga, la lucha es real. Dos fuerzas pelean por tu corazón. Las fuerzas del mal se enfrentaron a su propio Creador y este los venció únicamente por su estrecha relación con su Padre celestial. La buena noticia es que hoy Jesús pelea por nosotras si se lo permitimos. Mientras él habite en nuestro corazón, el enemigo no tendrá espacio. Deja que Dios pelee tus batallas espirituales porque esta guerra no es contra seres humanos.

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