
Perdida en el desierto
“Mañana, tarde y noche clamo en medio de mi angustia, y el Señor oye mi voz” (Salmos 55:17).
El hijo de Agar nació y Abraham le puso por nombre Ismael, cuyo significado es “a los que Dios ha oído”, tal como el ángel dijo que se llamaría. Durante 13 años ella estuvo segura de que su hijo sería el único heredero de toda la riqueza de Abraham, pero cuando este tenía 100 años, Sara concibió y dio a luz a Isaac, el legítimo hijo de la promesa. Fue allí donde comenzaron de nuevo los problemas, no solo entre las mujeres sino entre los niños. Ismael se burlaba de Isaac por ser el menor, y tal actitud molestaba en gran manera a Sara, quien un día ordenó que la esclava y su hijo fueran echados de su casa. Así fue como Agar salió de nuevo de la casa de sus señores al desierto con un poco de comida y un odre de agua. Génesis 21:14 sugiere que Agar e Ismael se perdieron en el desierto y comenzaron a caminar sin rumbo, ya que menciona que anduvieron errantes, motivo por el cual el agua y la comida se terminaron. ¿Te has sentido alguna vez perdida en un desierto sin provisiones? ¿Miras a todos lados, pero no encuentras ayuda y la solución es solo un espejismo?
Cuando el muchacho sintió que estaba solo y esperando la muerte, alzó su voz y lloró. De pronto, una voz desde el cielo le dijo a Agar:
–¿Qué te pasa? Dios ha oído la voz de tu hijo, no temas.
El nombre de Ismael cobraba ahora su verdadero significado: Dios había escuchado y les recordaba la promesa realizada años atrás, pero que habían olvidado. Cerca de aquel lugar brotaba una fuente de agua que, en un principio, no habían visto, pero al abrir Dios sus ojos, saciaron su sed.
¿Cuántas veces también hemos olvidado las promesas de Dios y sentimos que moriremos en el desierto de nuestra vida? No sé cual es tu desierto, pero hoy quiero decirte que no importa cuán perdida te sientas en la situación que estés viviendo, no importa cuán vacío pienses que están tus recipientes de agua, clama al Señor y él oirá tu voz desde el cielo, hará que tus ojos sean abiertos, podrás ver las fuentes de agua que darán solución a tu vida y saciarán tu alma sedienta. ¡No temas!