Matutina para Mujeres | Sábado 16 de agosto de 2025 | En compañía de burladores

Matutina para Mujeres | Sábado 16 de agosto de 2025 | En compañía de burladores

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Matutina para Mujeres

«Jamás me he sentado en compañía de gente burlona, ni me he sentido importante por causa de tu profecía; al contrario, me siento aparte, porque tú

me has llenado de indignación» (Jeremías 15:17).

Diego, 11 años, España. Sam, 14 años, Inglaterra. Oriana 15 años, Argentina. Jamel, 9 años Estados Unidos. Alejandro, 9 años, México. Todos ellos son niños que comparten una particularidad: se suicidaron a causa del bullying. Y las historias de todos los que se han quitado la vida por no soportar las burlas no cabrían en este libro. Aunque el término es nuevo, la acción no lo es.

Desde tiempos antiguos existen personas que, a falta de amor propio, se dedican a hacer chistes y burlas sobre lo que consideran defectos en las otras personas. Cuestiones como el peso, la estatura, la raza o la posición social son motivos que los burladores usan para acosar. El acoso puede ser físico, psicológico o cibernético. Según datos de la UNESCO, «una tercera parte de los niños y jóvenes en el mundo son víctimas de las burlas».

En el Salmo 1 encontramos una frase similar al texto bíblico de hoy, «ni se juntan con burlones». Aquí se hace hincapié en las acciones de las personas justas. Una persona que anhela ir al Cielo y recibir la recompensa de los justos (ver Salmos 1:1-6) no participará de burlas hacia su prójimo.

Por increíble que parezca, los niños que se convierten en acosadores, no nacieron con tal maldad. Lo que sucede es que en el seno de la familia se practica este hábito. Así, ellos aprenden a burlarse de los demás. Un niño que ve cómo su padre golpea a su madre y cómo su madre desquita su ira y frustración con él y sus hermanos, es un potencial acosador. Un niño que sufre burlas de sus tíos en reuniones familiares es un potente acosador escolar. Tristemente, el acoso tiene dos caras: en primer lugar, la víctima; y, por otra parte, el victimario, que también es una víctima.

Si en nuestros hogares fomentamos el respeto por los valores y por la vida, propia y la de los demás, estaremos contribuyendo en gran medida a la lucha contra el bullying. Si lo que sucede en las escuelas es el reflejo de lo que ocurre en el hogar, ¿qué están reflejando tus hijos?

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