Matutina para Mujeres | Sábado 22 de noviembre de 2025 | Solo obedece

Matutina para Mujeres | Sábado 22 de noviembre de 2025 | Solo obedece

Matutina para Mujeres

» ‘Maestro’, respondió Simón, ‘hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero si tú lo dices, echaré las redes nuevamente’ » (Lucas 5:5).

No sé sobre qué habló Jesús aquella mañana desde la barca de Pedro. Lo que sí puedo intuir es que Pedro y sus amigos estaban realmente cansados por haber trabajado toda la noche. No sé tampoco si estaba deseando que el predicador terminara su sermón para poder ir a casa y descansar, no sin antes contarle a su esposa que no había pescado nada. Por fin, el sermón termina y, distinto a sus planes, Jesús le dice: «Lleva la barca hacia la parte honda del lago». ¿Cómo? El experto pescador y sus compañeros de trabajo conocían

perfectamente aquel lago. Sabían dónde había pescados, pero esta vez no hubo peces. ¿Qué podría saber ese predicador acerca del arte de pescar? Sin embargo, obedeció. Gloria a Dios que obedeció porque hoy sacaremos cuatro valiosas lecciones de aquella experiencia:

1. Toda la noche. ¿Cuánto tiempo has trabajado? Es posible que tu noche esté hoy representada por toda una vida, por los años que llevas casada, por los años que llevas en la universidad o… por el tiempo que tu

hijo lleva fuera de la iglesia. No sé qué representa para ti toda la noche. Pero lo que sí sé es que cuando Jesús te da una orden es 100 % seguro que saldrás bendecida. No importa si estás cansada, frustrada o rendida, solo obedece.

2. Se rompía la red. No había nada y ahora la red se rompía. Porque cuando Dios da, lo hace en abundancia. Las redes, antes vacías, ahora rebosaban porque aún los peces obedecen la orden de su Creador.

3. Se hundían las barcas. Porque tus bendiciones alcanzan para tu familia, para tus amigos y para todos los que te rodean. Entraron sin nada, pero salieron repletos.

4. Pedro tuvo miedo al reconocer su indignidad y que sin Jesús no tendría nada. Cuando Dios te bendiga, no temas. Pero usa tus bendiciones en beneficio de los demás y nunca te permitas creer que lo que rebosa en

tus manos ha sido obra de tus propias fuerzas.

Aquel día, Pedro y sus amigos contaron a su familia una noticia muy distinta de la que tenían planeada. La buena noticia es que hoy Jesús también quiere llenar tu red de bendiciones. Solo obedece.

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