El temor de Abdías
Y Acab llamó a Abdías su mayordomo. Abdías era en gran manera temeroso de Jehová. 1 Reyes 18:3.
Dios le pidió a Elías regresar y mostrarse al rey para anunciar que los tres años y medio de sequía habían terminado. Hay un tiempo para estar a solas con Dios y ver su poder en las pruebas, y un tiempo para presentar la verdad públicamente. Aquella hambruna había comenzado con la oración de Elías y debía terminar igual, para que nadie pensara que la sequía y la hambruna habían concluido por la intervención de los dioses paganos.
Elías salió de su escondite al tiempo que el rey Acab encabezaba la búsqueda de manantiales para preservar la vida del ganado del reino. Pidió al mayordomo de su casa, Abdías, que se dividieran el país para buscar hierba para los animales. Abdías, cuyo nombre significa “siervo de Dios”, era temeroso de Jehová, y honró su nombre, pues había escondido a cien profetas para evitar que les quitaran la vida. La integridad de Abdías era tal que conservó su posición de gobernador de la casa real, ¡en un lugar donde se odiaba todo lo que se consideraba sagrado! Muestra integridad en tu trabajo, escuela o vecindario para dar testimonio de que eres hija de Dios, en quien se puede confiar.
Abdías encontró a Elías, y con respeto se postró sobre su rostro, y lo llamó “mi señor Elías”, asumiendo la actitud de un siervo. Era el segundo hombre en el reino, podía matar en nombre del rey. Elías era un prófugo de la justicia, a quien se buscaba para darle muerte, pero Abdías le habló humildemente, reconociéndolo como representante de Dios. Mostremos ese mismo respeto hacia nuestros líderes espirituales.
Abdías mostró fidelidad a Dios en tiempos difíciles. Es fácil obedecer a Dios cuando todo va bien y estamos rodeados de otros feligreses, pero Abdías estaba en el centro de la rebelión, el reinado de Acab, donde cada seguidor de Dios era despedazado. Se mantuvo sin corromperse, distinguido por su fidelidad y honestidad en medio de la más vil iniquidad. Fiel a sus convicciones y exponiendo su seguridad personal, escondió a cien profetas en dos cuevas y los alimentó durante los tres años y medio de la sequía. Protegió sus vidas y proveyó para ellos en tiempo de hambruna.
Cuando decides ser fiel, Dios levanta amigos y refugio en los tiempos más difíciles. Mantén tu fe firme, no importa cuán difíciles sean las circunstancias.
