Matutina para Mujeres | Viernes 11 de julio de 2025 | Tengo sed

Matutina para Mujeres | Viernes 11 de julio de 2025 | Tengo sed

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Matutina para Mujeres

«Jesús sabía que su misión ya había terminado y, para cumplir las Escrituras, dijo: ‘Tengo sed’ » (Juan 19:28).

Don Martín abrió los ojos muy grandes y, sosteniendo una botella de su gaseosa favorita, me preguntó:

–¿De verdad no se le antoja?

Había ido a la consulta durante un evento de la iglesia donde yo estaba apoyando como enfermera. Allí supe que don Martín vivía con diabetes y, sin embargo, llevaba un régimen alimenticio muy deplorable. Él no podía creer que a mí no me gustara su gaseosa preferida.

Desde la madrugada que fue arrestado, Jesús había sido llevado de un lugar a otro y no me cabe duda que no le ofrecieron un solo vaso de agua. El odio y recelo que sentían contra él, no les permitía ni siquiera un ápice de piedad, compasión o un acto de cortesía. Aunque siendo justos, cabe mencionar que, según el relato de Mateo 27:34, cuando llegó al Gólgota, le ofrecieron vinagre mezclado con hiel. La traducción original hace alusión a un vino fermentado mezclado con incienso, el cual daban a los condenados a muerte con el objetivo de nublar sus sentidos. Por ese motivo, Jesús rechazó esa bebida, pues el sacrificio que estaba a punto de ofrecer no podía ser manchado y él debía estar en pleno uso de sus facultades mentales.

Después de los latigazos, la pérdida de sangre, el camino al calvario bajo el fulgurante sol y el peso de la cruz, era normal que el cuerpo del Maestro estuviera deshidratado. La fisiología de su humanidad demandaba el líquido necesario para el buen funcionamiento de su cuerpo.

¿Qué cantidad de líquidos estamos ingiriendo diariamente? ¿Qué contienen esas bebidas? Es agua pura, y no gaseosas, lo que nuestro cuerpo necesita. El hecho de que Jesús no haya querido tomar la bebida estupefaciente que le ofrecieron deja muy clara la línea que debemos seguir como cristianas.

El agua pura es al cuerpo lo que Jesús es a nuestro espíritu. «Si alguien tiene sed, venga mí y beba» (Juan

7:37). Si tratamos de llenar nuestro vacío existencial con cualquier otra bebida que no sea Cristo, el agua viva, nunca seremos saciadas.

Haz el esfuerzo de tomar de dos a tres litros de agua al día. Hoy es un buen día para formar hábitos saludables. Vale la pena. Si ya lo haces, felicidades.

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