Florecer
“Para mí, el vivir es Cristo”. Pablo
Mucha gente cree que la plenitud y la felicidad tienen que ver con circunstancias externas, pero investigaciones indican que lo que nos rodea, bueno o malo, apenas contribuye a nuestro nivel de satisfacción duradera en un 10%.109 No mucho, ¿verdad? ¿Qué es, entonces, lo que aporta el 90% restante a nuestro bienestar en esta Tierra? Uno de esos factores es la esperanza; y de todas las esperanzas, la que más impacta positivamente nuestra vida presente es la esperanza en la vida venidera. ¿En qué o en quién pones tu esperanza? ¿Qué te mantiene mirando hacia adelante con ilusión, protegiéndote de la tristeza y ayudándote a superar las dificultades? La esperanza trae vida; por lo tanto asegúrate de no perderla nunca y de ponerla en quien es digno de ella.
Otros factores que nos ayudan a alcanzar la plenitud, es decir, a florecer, son los siguientes:110
Comprometernos con una causa. Dado que un elevado nivel de compromiso con una causa o una actividad contribuye grandemente a nuestra capacidad de prosperar en la vida, te invito a preguntarte hoy: ¿Estoy comprometida con Dios, con mi familia, con mi iglesia, con los principios que creo? Nunca es tarde para comprometerse.
Realizarnos cada día un poquito en aquello que nos hemos propuesto, como autoeducarnos, mejorar como personas, hacer ejercicio para tener salud, ser más solidarias con el sufrimiento ajeno… Se trata de ponernos metas personales que tengan que ver con nuestros valores y creencias, y de trabajar en la consecución de esas metas, siempre teniendo un concepto equilibrado sobre los logros. No se trata de una competición ni de un listón para medir el éxito; se trata de florecer: espiritualmente, familiarmente, físicamente… De brillar en el sitio donde estés.
Encontrarle sentido a la vida. Este un ingrediente crucial de la receta de la plenitud y va mucho más allá de las circunstancias (de hecho, se trata de encontrarle sentido a las circunstancias, buenas o malas, para usarlas con propósito). ¿Estás viviendo una vida significativa de pertenencia a una fe, de servicio a la humanidad, de convicción de que existe algo más grande que tú?
Tu vida tiene sentido, nunca lo olvides. Con esto en mente, comprométete con el Dador de la vida, la esperanza y la plenitud. Tendrás más y mejor vida; una esperanza; y te sentirás plena, pero plena de verdad.
“Sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo” (Fil. 3:14, TLA).
109 J. L. Kurtz, S. Lyubomirsky, “Towards a durable happiness”, The Positive Psychology Perspective Series (Westport: Greenwood, 2008), pp. 21-36.
110 Martin Seligman, Flourish (Nueva York: Simon and Schuster, 2011).