El temor versus el amor
El amor no sufre del miedo. Por el contrario, el amor que es maduro echa fuera el miedo, pues el miedo tiene que ver con el castigo. Así que el que sufre del miedo, todavía tiene que madurarse en el tema del amor. 1 Juan 4:18, PDT.
Juan sostiene que el amor vence el miedo. ¿Es el amor hacia la otra persona lo que vence tu miedo, o el amor de esa persona hacia ti? ¿Cuál es el amor que vence miedos? Cuando desconoces el amor de Dios, tu vida está llena de miedos que se alimentan de juicios, incertidumbres, dudas, y preocupaciones. A medida que experimentas el amor de Dios, fomentas una relación íntima con él y conoces que Dios no solo es poderoso, grande y temible, sino también tu Padre amoroso, dispuesto a dar su vida por ti. Te llenas de valor y confianza.
Pero tampoco es tu amor por Dios lo que vence tus miedos, sino su amor por ti. Él te amó primero (1 Juan 4:19). Su amor no es un sentimiento variable, como la forma humana de amar. Fue la mezcla cruda, desnuda y terrible manifestada en la cruz, en un instrumento de tortura, donde el inefable y asombroso amor de Dios fue demostrado. El precio tan costoso pagado por tu salvación indica cuánto vales para Dios y cuán grande es su amor. Ser consciente de lo que él es, hizo y hace por ti, elimina tus miedos.
Cuando ese amor de Dios se perfecciona en tu vida, no se queda estancado y silencioso. Será percibido por quienes viven a tu alrededor. Esa fuerza ejercerá un poder maravilloso: convierte en audaz al tímido, diligente al perezoso y sabio al ignorante; transforma al tímido en elocuente, y despierta el intelecto dormido. Da esperanza a los abatidos, alegría a los melancólicos. No te deja desanimarte en la tribulación ni renunciar a tu trabajo o misión a causa de los reproches y críticas.
La persona que no se impregna de ese amor de Cristo, no le pertenece. El mejor y más efectivo antídoto para el miedo es el conocimiento del amor de Dios, el único poder suficientemente fuerte para eliminar cualquier miedo. El amor y el miedo no pueden coexistir, pues el más poderoso extinguirá al otro. No caigas en la trampa de creer que si tienes miedos es porque no tienes suficiente amor.
Confiesa a Dios tus dudas y mantente alerta para notar las manifestaciones del amor de Dios, agradecerle y regocijarte por ello. El amor de Dios vencerá tus miedos.