Matutina para Mujeres | Viernes 5 de diciembre de 2025 | Mebasseroth

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Matutina para Mujeres

«El Señor daba la palabra, multitud de mujeres anunciaba las buenas nuevas: ¡Huyeron, huyeron reyes de ejércitos!,

y las mujeres que se quedaban en casa repartían los despojos» (Salmos 68:11, 12).

El salmo 68 es un canto que recuerda la liberación del pueblo de Israel y la conducción del Señor por el desierto, hasta el lugar en el cual se encontraban. Entre toda la celebración por los triunfos obtenidos, se halla un grupo especial que anuncia los grandes acontecimientos. Ellas son las mensajeras; del hebreo

mebasseroth cuyo significado es «anunciadoras». Tales anunciadoras llevaban las buenas nuevas. Un registro

de ello lo encontramos en 1 Samuel 18:6, cuando las mujeres salieron a recibir a David por la victoria contra los filisteos. Otro registro de las mebasseroth lo encontramos en Éxodo 15:20, cuando María y las mujeres cantaron la gloriosa liberación en el mar Rojo.

Cantar, anunciar, testificar del poder de Dios manifestado en sus hijos, es una tarea que pocas veces es tomada con la seriedad que merece. En otras ocasiones, no nos convertimos en anunciadoras porque sencillamente no tenemos nada que anunciar. Nuestras vidas planas y monótonas no nos conducen por las sendas de milagros del Señor porque preferimos caminar en el camino ancho que no requiere mucho esfuerzo. Otras se guardan los milagros por no parecer presuntuosas ante los demás. En otros casos, se

guarda silencio porque creemos que el mensaje es demasiado simple y que a nadie más le puede importar. En el versículo de hoy, la Palabra de Dios dice: «El Señor emitió su palabra y muchas mensajeras dieron la

noticia». ¿Te das cuenta? Solo hace falta que la palabra venga del Señor para que sea digna de ser anunciada.

En la actualidad, hay muchas maneras de convertirnos en anunciadoras del mensaje divino. Estamos en plena revolución tecnológica y, muchas veces, los mensajes que se desprenden de las redes sociales suelen ser muy alejados de la Palabra que Dios ha hablado. ¿Qué mensajes das en tus perfiles? ¿Fomentas con tus publicaciones el engaño, la violencia, la banalidad, la mentira? Piensa hoy en qué tipo de mensajera te has convertido. Examina qué mensaje estás enviando al mundo con tu forma de hablar, de vestir y de comportarte. La buena noticia es que aún estamos a tiempo de dar las buenas nuevas. Si ya lo estás haciendo, pide al Señor que ponga su gracia en ti para conservar tu puesto de fiel mensajera. El mundo necesita hoy más que nunca la buenas nuevas de salvación.

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