Miércoles 02 de Febrero de 2022 | Matutina para Jóvenes | Ángeles en el río

Miércoles 02 de Febrero de 2022 | Matutina para Jóvenes | Ángeles en el río

Ángeles en el río

«El ángel del Señor protege y salva a los que honran al Señor». Salmo 34: 7

El joven ministro había sido trasladado a una nueva región y llevaba un mes visitando sus congregaciones. Aquel día llegaría al Canal La Primavera, en la Vía Panamericana. Cuando llegaron al lugar indicado, se bajó del vehículo y como no vio a nadie esperándolo decidió emprender el recorrido solo. Aquella no era la mejor época para transitar por esos terrenos, pues era temporada de lluvias y los campos estaban inundados.

Después de una hora de camino, el agua le llegaba a la cintura. De pronto, vio varios hombres a lo lejos, frente a una pequeña casa sobre un montículo que sobresalía del agua. Movían los brazos para llamar su atención y le decían:

—Deténgase, no avance, es peligroso. Nosotros iremos por usted. Ellos vinieron en un bote, lo ayudaron a subir, lo llevaron a un sitio y le dijeron que caminara en línea recta por un terraplén que estaba bajo el agua. Después de caminar un largo trecho llegó a una zona seca. Media hora después aparecieron los hermanos que debían llevarlo hasta su destino. Al verlo, le preguntaron cómo había llegado hasta allí. Él les contó lo sucedido y, al final, ellos dijeron:

—Pastor, en toda esa área inundada no existen islas, no vive nadie, tampoco hay un terraplén por donde se pueda caminar y nunca ha habido una casa por aquí. Es imposible llegar hasta aquí sin un bote. ¿Y cómo cruzó el río?

El pastor quedó mudo. Él no había visto ningún río. La próxima vez que el pastor visitó la zona era verano. Hizo el mismo recorrido en medio de una asfixiante polvareda. No encontró la isla donde habían estado las personas. No había una casa allí, no había un bote, no encontró el camino en alto relieve por donde había caminado y, como si todo esto fuera poco, pudo bajar al lecho seco del río Guapá Leon, cruzarlo y salir al otro lado. ¡Había más de cuatro metros de profundidad! El río estaba ubicado justo unos metros antes de donde los amigos que lo ayudaron le habían ordenado detenerse.

Entonces lo entendió. Había estado a punto de morir ahogado arrastrado por el río. El niño que ahora lo acompañaba para llegar a su destino interrumpió sus pensamientos.

—Pastor, toda la gente dice que eran ángeles.

Hoy @Dios te dice: «Mi ángel protege y salva a los que me honran; y hoy están listos para protegerte a ti».

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