No es bueno que Dios esté solo
«¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de enojo y voy a acabar con ellos! Pero de ti voy a hacer una gran nación». Éxodo 32: 10, DHH
El secreto para hacer del año que viene el mejor de todos es no dejar a Dios solo ni un solo día. Ya sabemos que el ser humano no fue creado para estar solo (Génesis 2: 28) y, aunque Dios creó a la mujer y al hombre para que se complementaran mutuamente, la soledad a la que me refiero es otra. Fuimos creados con el expreso propósito de tener comunión con Dios. Dios quiere estar con nosotros, le gusta nuestra compañía. «Los seres humanos, creados para vivir en comunión con Dios, podemos encontrarle sentido de la existencia y de su auténtico desarrollo únicamente en esa comunión. Creados para descubrir en Dios nuestro mayor gozo, en nada más nos será posible encontrar lo que puede colmar los anhelos de nuestro corazón, y satisfacer el hambre y la sed espirituales» (Elena G. de White, La educación, p. 112).
Lamentablemente un día nos apartamos de Dios y, cuando pecamos, nos escondimos de él. Desde entonces lo hemos dejado solo vez tras vez con nuestra indiferencia y con nuestros pecados. Sin embargo, vez tras vez Dios nos ha buscado, buscó a nuestros primeros padres en Edén y nos busca a ti y a mí. Por eso creo que el mayor pecado hoy, como en el pasado, es dejar solo a Dios, romper nuestra comunión con él, dejar de orar.
Es un mal negocio dejar a Dios solo. Moisés lo sabía y por eso en el texto de hoy se negó a hacerlo, aunque el mismo Dios se lo pidió. Eso es lo que Satanás quiere que hagamos: que cada uno de nosotros deje solo a Dios y que Dios deje sola a la raza humana. Las palabras que vinieron después de ese «¡ahora déjame en paz!» hicieron temblar al diablo y a todos sus ángeles y continúan haciéndolo hoy: «Entonces Moisés oró» (Éxodo 32: 11, RV95).
«Hay un gran poder en la oración. Nuestro poderoso adversario constantemente procura mantener lejos de Dios al alma turbada.
Una súplica elevada al cielo por el santo más humilde es más temible para Satanás que los decretos gubernamentales, o las ordenes reales» (Comentario bíblico adventista, t. 7, p. 70). @Dios sigue buscando a personas en la Tierra que se nieguen a dejarlo solo: cuando nos aferramos a él, cuando no lo dejamos solo, ocurrirán cosas asombrosas. Juventud, esta es la clave para una vida plena.
Amén, amén y amén