El arco del compromiso
“He colocado mi arco iris en las nubes, el cual servirá como señal de mi pacto con la tierra” (Génesis 9:13, NVI).
Adivina, adivinador, entre la lluvia y el sol, formo un arco de color. Mis colores tan brillantes, alegran el cielo un instante. Ves en el cielo resplandecer, cuando deja de llover, un abanico de colores que siempre podrás tú ver.
¿Qué viene a tu mente cuando escuchas “arco iris”? Quizás… ¿Lluvia? ¿Nubes? ¿Rayos? ¿Truenos? ¿Colores? Si vives en una ciudad donde llueve mucho, estoy segura de que ver este espectáculo es una de las cosas más maravillosas de la creación de Dios que has visto.
El arco iris es un fenómeno óptico único. Aparece en el cielo cuando la luz que sale del sol atraviesa las pequeñas gotas de lluvia dispersas en el aire. Las partículas de agua sirven como prisma, descomponen la luz blanca en franjas de colores, formando el hermoso arco iris.
La Biblia relata que los primeros que vieron el arco iris fueron Noé y su familia. Seguro recuerdas la historia. Antes del Diluvio nunca había llovido, entonces no había arco iris. Lo que había era mucha maldad en el mundo, por lo que Dios decidió enviar un diluvio. Todo fue destruido, pero Dios cuidó a Noé, a su familia y a los representantes de toda clase de animales. Cuando el agua se secó, todos bajaron del arca y Dios le prometió a Noé que nunca más destruiría la Tierra con un diluvio. Entonces salió el primer arco iris como una señal de su promesa: “He colocado mi arco en las nubes, el cual servirá como señal de mi pacto con la tierra”.
¿Qué es un pacto? Precisamente eso: una promesa, un compromiso. ¿Alguna vez alguien no cumplió una promesa que te hizo? ¿Cómo te sentiste? ¿Hiciste tú una promesa que no pudiste cumplir? Todos hacemos promesas, y probablemente muchas veces no somos muy buenos cumpliendo nuestros compromisos. Sin embargo, hay Alguien que nunca falla. El arco iris simboliza el amor de Dios por nosotros. Cuando contemplemos el bello espectáculo, tengamos la seguridad de que los ángeles y el mismo Dios también lo están contemplando como una señal de su pacto con nosotros.
Dios cumple sus promesas. La próxima vez que veas un arco iris, agradece a Dios por su fidelidad. Que, como esas gotitas de lluvia, Dios también pueda usarte para que la luz de Jesús brille a través de ti y tus acciones, y otros puedan ver el arco iris de su amor, como señal de su compromiso y lealtad.
Magaly