Tus victorias tienen fecha
Entonces Jehová dijo a Moisés: No le tengas miedo, porque en tu mano lo he entregado, a él y a todo su pueblo, y a su tierra; y harás de él como hiciste de Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón. Números 21:34.
Moisés estaba por enfrentar la ciudad de Basán, famosa por sus fortificaciones y sus hombres de gigantesca estatura. Dios le aseguró la victoria de antemano. Estos enemigos ya habían sido entregados en sus manos, aun antes que la batalla empezara. El calendario de Dios tiene ya la fecha de tus victorias. Él solo quiere que le creas, confíes en él y sigas sus instrucciones.
Previo a la graduación de mi hija mayor como enfermera, alguien quiso dañar su reputación e impedir que recibiera su título. Mi compañera de oración y yo ayunamos y suplicamos que mi hija fuera vindicada. Dios manifestó su poder, y no solo se graduó, recibió la firma de permiso para proceder con la licencia del Estado, y también le pidieron que tuviera la invocación y la bienvenida al inicio de la ceremonia. El presidente de la Unión la felicitó por su participación asertiva. El periódico local que hizo la reseña del acto publicó la foto de mi hija mientras hablaba, y su rostro quedó plasmado como testimonio fiel del trabajo perfecto de Dios.
Si estás enfrentando una crisis, enfermedad o problema que parezca gigantesco, si te espantan las asechanzas del enemigo, clama al Dios de la victoria, quien se goza en atender a los maltratados y abusados. Entrega a Dios lo que impida tu paz y felicidad hoy. Igualmente, Dios ya les puso fecha de vencimiento a tus problemas. Solo necesitas creerlo. ¿Qué está impidiendo tu paso a la Canaán? ¿Qué muros fortificados enfrentas hoy? A ti también Dios te habla hoy, recuerda las victorias que Dios te ha dado en el pasado.
Empieza a escribir un diario de bendiciones. Te servirá para recordar cómo Dios te ha bendecido, y será un manual de fe y esperanza para tus hijos y nietos. Personaliza el texto de hoy con tu nombre: en el espacio correspondiente menciona tres de los “gigantes” y “murallas” que te atemorizan, y tus victorias del pasado, incluyendo el lugar donde ocurrieron. “Entonces Jehová dijo a ………………: No le tengas miedo, porque en tu mano he entregado a ……………… y a ……………… y a ………………, y harás de él como hiciste de ……………… que habitan en ………………”.
Excelente