Blancanieves
“Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todolo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosasexcelentes y dignas de alabanza” (Filipenses 4:8, NTV).
En los primeros tiempos del cine, los dibujos animados se hicieron populares como forma de entretenimiento. Uno suele pensar que son algo diseñado para los niños pero, por supuesto, ese ya no es el caso. Aunque se comercializan todo tipo de películas de animación para niños, muchas de las más populares tienen un vocabulario y una línea argumental orientados a los adultos. Películas como Aladino, El Rey León, La Sirenita, 101 Dálmatas y Shrek presentan la maldad en todas sus formas más horribles, y hacen que sus productores ganen mucho, mucho dinero. Hoy en día, las películas de animación compiten con otros éxitos de taquilla habituales, a menudo superándolos en ventas totales. Blancanieves y los siete enanitos, producida en 1937, fue una de las primeras películas de animación de éxito y, desde entonces, se han realizado varias versiones que continúan siendo las favoritas de las familias. De hecho, tuvo tanto éxito que el 21 de diciembre de 1994 se convirtió en la primera película en ganar mil millones de dólares.
La industria del cine siempre ha procurado clasificar las películas para que los padres sepan cuáles pueden mirar sus hijos sin que se vean afectados negativamente. Por ejemplo: G es “General Audiences” (Apta para todo público); PG es “Parental Guidance Suggested” (Se sugiere supervisión de un adulto; algunos contenidos pueden ser inapropiados para niños); y PG-13 es “Parents Strongly Cautioned” (Se requiere la supervisión de un adulto; contiene material inapropiado para menores de 13 años). También están: R (restringido para menores) o +18 (apto solo para mayores de 18 años) y más. Algunas clasificaciones varían según los países.
La película Blancanieves original (de 1937) tenía una calificación PG y mostraba signos de maldad, como espejos mágicos, brujas y hechizos malignos. Gran parte del entretenimiento por el que pagamos tanto para ver es impío, y esto es triste. ¿Por qué nos fascinan tanto los cuentos de hadas y la fantasía? ¿Por qué tanta emoción por las comedias o los dramas amorosos? Muchas películas están impregnadas de hechizos, brujería satánica y fuerzas malignas que pelean en el universo, además de incluir escenas de violencia, o personajes que buscan vengarse o disfrutan de la maldad (por ej.: El Señor de los Anillos, Maléfica, La guerra de las galaxias o Terminator). Y lo mismo ocurre con muchos programas o series de televisión.
¿Nos pedirá Dios algún día que rindamos cuentas del tiempo y el dinero que gastamos en esas cosas? Puedes estar seguro de ello. ¿Nos perdonará por el tiempo desperdiciado en películas frívolas que nos alejan de él en lugar de transformarnos más y más a su imagen? Por supuesto. Con eso en mente, ¿por qué no empezar hoy a hacer cambios en tu vida?