La lluvia
“¿Quién es el padre de la lluvia y del rocío?” (Job 38:28).
La Biblia tiene muchas historias sobre la lluvia. A veces, como una tormenta aterradora; otras, como gotas de rocío ligero. En algunas de las historias, Dios usa la lluvia como una forma de mostrar su poder. ¿Un ejemplo? En la época de Noé, cuando aún nunca había llovido, Dios le pidió que dijera a la gente que el agua descendería del cielo. La gente se burlaba de Noé, se reía y no le creía. ¿Qué sucedió? Génesis 7:10 dice: “A los siete días, el diluvio comenzó a inundar la tierra”.
En los días de Noé, Dios usó una lluvia sin precedentes (¡y qué lluvia!). A su vez, en tiempos de Elías, dejó la tierra sin agua durante mucho tiempo. Para dar una lección al rey Acab, quien atribuía la lluvia a otros dioses, el Señor impidió que lloviera durante tres años y seis meses en Israel. Elías le dio el mensaje al rey: “¡Juro por el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos años no lloverá, ni caerá rocío hasta que yo lo diga!” (1 Rey. 17:1).
Con o sin lluvia, Dios muestra su poder para gobernar el universo entero. Solo él puede dominar la naturaleza. En el versículo de hoy, vemos una parte de la conversación que Dios tuvo con Job, en la que él muestra su gran poder sobre todas las cosas: nubes, mares, truenos y lluvia.
Ese es el Dios poderoso de la Biblia. Tiene poder sobre todas las cosas. Eso significa que él puede hacer cualquier cosa para ayudarte. Permite que esta lluvia de bendiciones caiga sobre tu vida hoy.