Conmigo
«Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo» (Mat. 28: 20, DHH).
Amo viajar. Tiempo atrás, estaba a bordo de un Airbus A321 con destina Aman, Jordania. Generalmente escojo un asiento en el pasillo, así me puedo levantar y caminar sin molestar a nadie. Pero el vuelo estaba lleno, así que me asignaron un asiento de ventanilla, sobre el ala izquierda del avión. Aunque yo no lo sabía, Dios estaba planeando una sorpresa para mí…
El vuelo fue tranquilo y sin turbulencias. Cuando faltaba media hora para aterrizar, comencé a divisar la inmensa ciudad de Amán. Era de noche. Las luces de la ciudad brillaban formando bellísimas venas y arterias incandescentes. Toda la ciudad parecía un organismo vivo, como esas extrañas criaturas abisales que flotan fosforescentes en medio de la oscuridad reinante.
«Esta perspectiva es hermosa. Me pregunto cómo se verá todo desde donde tú estás», le dije a Dios, con mi nariz pegada a la ventanilla. Ahí fue cuando Dios me sorprendió. El contestó mi oración con un pensamiento claro y directo: «Estoy aquí». Se me llenaron los ojos de lágrimas al pensar que Dios estaba conmigo en el avión; no lejos, allá arriba en la estratósfera.
La Biblia cuenta la historia de cómo Dios se acerca cada vez más. Dios nos busca y destruye todas las barreras que nos separan de él. Se acerca al punto de llegar a ser uno con nosotros: Emanuel. Su plan es estar siempre con nosotros, empezando aquí y ahora.
Dios está conmigo ahora. En su libro With [Con], el autor cristiano Skye Jethani lo explica de esta manera: «Al estar unidos con Dios a través de Cristo, estamos invitados a experimentar la vida con Dios ahora. Es cierto que la experimentaremos plenamente cuando […] estemos completamente liberados de la enfermedad y de la maldad del pecado, pero esto no significa que no podamos experimentar a Dios en el presente».
Mientras lavas los platos, contestas correos electrónicos y preparas el desayuno, Dios está contigo. En la parada del autobús, al pagar los impuestos y aun en un avión, Dios está contigo. Jesús prometió estar con nosotras siempre; todos los días, hasta el fin de los tiempos. Al comenzar este día recuerda que Jesús te dice: «Estoy aquí».
Jesús, gracias por estar conmigo cada minuto de mi vida. Ayúdame a reconocer con mi mente y a sentir en mi corazón tu presencia. Gracias porque nunca estoy sola.
Bendiciones para todos
Gracias por el hermoso mensaje de la matutina.