Sábado 06 de Agosto de 2022 | Matutina para Adolescentes | El bombardeo de Hiroshima y de Nagasaki

Sábado 06 de Agosto de 2022 | Matutina para Adolescentes | El bombardeo de Hiroshima y de Nagasaki

El bombardeo de Hiroshima y de Nagasaki

“Se levantará nación contra nación y reinocontra reino” (Marcos 13:8, RVR 95).

La Segunda Guerra Mundial estaba casi terminada. Hacía tiempo que Italia había salido de la guerra y Alemania se había derrumbado, pero los japoneses seguían resistiendo. Continuaron luchando en el Pacífico contra los aliados. Finalmente, el 6 de agosto de 1945, Estados Unidos procuró forzar la rendición japonesa lanzando una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima, Japón. Era la primera vez que una nación utilizaba una bomba de este tipo contra otra nación en tiempos de guerra. La bomba pesaba cinco toneladas y tenía la misma potencia que 15.000 toneladas de trinitrotolueno (TNT). La terrible explosión arrasó diez kilómetros cuadrados de la ciudad y mató instantáneamente a 80.000 personas.

Tres días después, como Japón no se había rendido, se lanzó una segunda bomba nuclear sobre Nagasaki.

Estos bombardeos pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial y, según muchos, salvaron miles de vidas. Sin embargo, en cierto modo, fueron el comienzo de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas (URSS). En cuatro años, los soviéticos habían construido su propia bomba nuclear, y así comenzó la carrera armamentística. Hoy en día, sigue habiendo más de 13.000 misiles y bombas nucleares en todo el mundo, la mayoría en Rusia y en Estados Unidos. Además de estos dos países, Francia, Gran Bretaña, Israel, China, India, Corea del Norte y Pakistán tienen armas nucleares. Y varios otros están a punto de fabricarlas. Se estima que, ahora mismo, hay suficientes bombas nucleares en el mundo para destruir la Tierra varias veces.

Jesús dijo que, antes de que él vuelva, habrá guerras y rumores de guerras, y el corazón de la gente fallará por miedo a lo que vendrá sobre la tierra. Dijo que se levantará nación contra nación y reino contra reino. Hoy, esta profecía se está cumpliendo ante nuestros ojos. Los hombres y las mujeres racionales están haciendo todo lo posible para evitar la guerra nuclear. Y si ocurriera, no hay ningún lugar al que podamos correr para escapar de sus horrores.

Lo que sí podemos hacer es confiar en Jesús durante estos tiempos difíciles, hasta que él venga de nuevo para llevarnos a casa.

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