Presentación de los primeros astronautas
“En medio del cielo vi volar otro ángel que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6, RVR 95).
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, el mundo era un lugar muy inestable. Millones de personas habían muerto, y algunos países habían dejado de existir y ya no aparecían en el mapa. Todo el mundo había pensado que, como la guerra había terminado, la vida volvería a la normalidad. Pero, no fue así. El miedo que había inspirado a las naciones a luchar unas contra otras seguía vivo; y una de las peores cosas que surgieron de la Segunda Guerra Mundial fue la carrera por las armas nucleares. Hoy la recordamos como la Guerra Fría porque, aunque los Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) habían sido aliados durante la Segunda Guerra Mundial, luego se convirtieron en acérrimos enemigos. Estados Unidos había desarrollado la primera bomba nuclear, y la URSS no se quedaba atrás. Después de unos años, esta competencia por el poder armamentístico se extendió a la carrera por alcanzar el espacio.
En 1957, los rusos anunciaron que habían lanzado un satélite al espacio. Esta noticia despertó de nuevo el miedo en el corazón de todos en los Estados Unidos. ¿Llegarían los comunistas a ser tan poderosos que acabarían dominando el mundo? ¿Tendría que luchar los Estados Unidos contra ellos, como había ocurrido con los nazis y los japoneses, solo que esta vez con misiles nucleares?
El gobierno de los Estados Unidos invirtió todos los dólares que pudo en el programa espacial y, el 9 de abril de 1959, la NASA anunció que iba a enviar a los primeros astronautas al espacio. El primer equipo en ir estaba integrado por pilotos militares entrenados: Scott Carpenter, Gordon Cooper, John Glenn, Gus Grissom, Walter Schirra, Alan Shepard y Donald Slayton.
Hoy en día, la Guerra Fría ha terminado (y la URSS dejó de existir como tal en 1991). Sin embargo, mientras Satanás esté presente, la guerra entre el bien y el mal persiste. A Satanás nada le gustaría más que ver a las naciones luchando. Pero Dios nos ha encargado que llevemos un mensaje muy especial al mundo y que implica más vuelos al espacio. Es el mensaje de los tres ángeles del Apocalipsis, un mensaje de esperanza y paz para el mundo. Dios ganó la Guerra Fría entre Cristo y Satanás cuando Jesús murió en el Calvario, y hoy es nuestro trabajo llevar ese mensaje al mundo.
Jesús vendrá pronto y, cuando lo haga, quienes hemos compartido el mensaje de los tres ángeles daremos un paseo por el espacio, solo que no necesitaremos ir en un cohete ni llevar trajes espaciales. Volaremos como los propios tres ángeles.