Sábado 09 de Julio de 2022 | Matutina para Menores | El colador de Dios

Sábado 09 de Julio de 2022 | Matutina para Menores | El colador de Dios

El colador de Dios

“Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8, RVR).

Antes no existían los coladores descartables. Casi era parte del decorado de la cocina ver un alambre con forma circular con una bolsita de tela, que se usaba para colar el café u otra infusión. Lo que no se podía tomar e ingerir quedaba allí, en esa tela bastante gruesa que al comienzo era blanca y después se iba tiñendo con el uso.

Me gusta pensar en el versículo de hoy como un colador espiritual que marca dónde deben quedar las cosas desechables, que no deberíamos ingerir ni asimilar. Las cosas malas son muy obvias ¿verdad? Jamás miraríamos en TV o leeríamos algo que sabemos que Dios no aprueba. Las brujas, el terror, las groserías quedan descartadas. Así también la música que aleja nuestra mente de Dios y que destroza el buen gusto auditivo. Estos son los colores negros dentro de la gama divina, o las borras, los desechos, si es que volvemos al ejemplo del colador.

Por otro lado están los blancos. Aquellas cosas puras, tan obviamente buenas que agradan a Dios. Por ejemplo, realizar actividades en el Club de Conquistadores, cantar en el coro, estudiar y ser un buen alumno que además ayuda a sus compañeros. ¿Entiendes cuáles son los blancos? Nada de esto es borra, todo pasa por el colador.

Pero entre el negro y el blanco están los grises. Te advierto que son muy difíciles de descubrir. Son cosas que parecen no ser malas ni buenas. En lo profundo de tu ser sabes que molestan, y que Dios no aprueba. Son esas actividades que haces y que te justificas diciendo: “Pero si no tiene nada de malo” o “¿Acaso, no lo hacen todos? ¿Por qué yo no?” No podría describirte esas actitudes o acciones que están en la gama de “los grises”, pero tú los reconoces, ¿verdad? Cuando las haces te queda un saborcito amargo en el paladar. Tan diferente a cuando salen de tu boca palabras dulces o acciones que destilan amor: el amor de Jesús.

Recuerda siempre que Jesús fue niño y creció como tú. Él conoce qué cosas deben quedar en el “colador divino”. El Señor te pide que pienses en todo lo que es digno de alabanza. ¡Anímate a ser íntegro en todo!

Mirta

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