Esperando a Godot
«Con toda mi alma espero al Señor, y confío en su palabra. Yo espero al Señor más que los centinelas a la mañana. Así como los centinelas esperan a la mañana». Salmo 130: 5, 6
Esperando a Godot es una tragicomedia escrita a finales de la década de 1940 por Samuel Becket. La obra se divide en dos actos y en ambos aparecen dos vagabundos llamados Vladimir y Estragón, que esperan en vano junto a un camino a un tal Godot, con quien tienen una cita. El lector nunca llega a saber quién es Godot, o qué tipo de asunto van a tratar con él. En cada acto, aparecen el cruel Pozzo y su esclavo Lucky, seguidos de un muchacho que hace llegar el mensaje a Vladimir y Estragón de que Godot no vendrá hoy, «pero mañana seguro que sí». Esta trama, que intencionalmente no tiene ningún hecho relevante y es altamente repetitiva, simboliza el tedio y la carencia de significado de la vida humana, tema recurrente del existencialismo.
Aunque Becket siempre lo negó categóricamente, muchos interpretan a Godot como un símbolo de Dios y lo inútil que resulta esperar que él resuelva todos los problemas de la humanidad. Desde esta perspectiva, los cristianos seríamos simplemente «vagabundos» que colocamos nuestras esperanzas en un mito. El final de la obra resume con claridad lo tedioso y repetitivo de la existencia humana:
—¡Qué! ¿Nos vamos? —dice Vladimir.
—Sí, vámonos —responde Estragón.
Pero no se mueven.
¿Es este el destino de los que esperan en el Señor? ¿Somos como Vladimir y Estragón? No, para nada. La Biblia declara explícitamente que esperar en Dios es nuestra mejor opción. Jesús prometió: «Vendré otra vez» (Juan 14: 3) y yo creo que él cumplirá su palabra. A veces puede ser desafiante esperar en el Señor, pero es siempre lo mejor para nosotros. El profeta Isaías escribió que «los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán» (Isaías 40: 30, 31).
Tú y yo, que esperamos el cumplimiento de la bendita esperanza (Tito 2: 13), hemos de mantenernos firmes. @Dios tiene hoy palabras de ánimo para ti: «Sigue esperando, no desistas, no desmayes, Jesús viene pronto».