La mejor maestra
“Muestren amor y compasión los unos por los otros” (Zacarías 7:9, NVI).
La maestra Riveros comenzó el primer día de clases de 5º grado. Ahí en la primera fila, había un niño llamado Facundo. Su ropa estaba descuidada y necesitaba darse un buen baño. Además, le costaba socializar con los otros niños. ¿Cuál sería el problema?
Cuando ella revisó su expediente, entendió un poco más:
1er grado: “Facundo es un niño brillante y alegre. Hace su trabajo de una manera limpia y tiene buenos modales”.
2° grado: “Excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros, pero se nota preocupado. Su madre tiene una enfermedad incurable. Debe ser muy difícil para él”.
3er grado: “Su madre ha muerto. Aunque trata de hacer su mejor esfuerzo, su padre no muestra mucho interés”.
4° grado: “Facundo se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y en ocasiones duerme en clases”.
Llegó el Día del Maestro y todos los niños trajeron sus regalos. Facundo también trajo el suyo, envuelto en un papel amarillento. Algunos niños comenzaron a reír cuando la maestra encontró una vieja peineta de perlas y un frasco de perfume con solo un cuarto de su contenido. Ella detuvo las burlas y resaltó lo preciosa que era la peineta y se colocó un poco de perfume en la muñeca. Facundo se acercó con una sonrisa y dijo:
–Señorita, hoy usted huele como olía mi mamá.
Esto la hizo emocionar. Desde ese día, ella puso atención especial en Facundo. Mientras más lo apoyaba, más rápido respondía él. Para el final del año, Facundo se había convertido en uno de los mejores de la clase.
Pasaron veinte años y la maestra recibió la visita de Facundo acompañado de una bella muchacha. Le contó que ahora era un doctor. Y le dijo que sus logros comenzaron mucho tiempo atrás, cuando ella le había dedicado atención. Ahora quería saber si le gustaría ser madrina en su boda. Ella aceptó gustosa, y aquel día llegó usando la vieja peineta y el mismo perfume que usaba su madre.
¡La bondad transforma vidas! ¡Tú también puedes marcar la diferencia en alguien siendo bondadoso!
Gabriela