“No te miraré con ira”
“No te miraré con ira, afirma el Señor (Jeremías 3:12, NVI).
Aunque Israel y Egipto han sostenido buenas relaciones desde que se firmó el tratado de paz de 1979, antes de dicho acuerdo eran archienemigos. Durante el conflicto árabe-israelí de 1973 o guerra de Yom Kippur, hubo un personaje que jugó un papel importante para ambos países. Se trata del multimillonario egipcio Ashraf Marwan (1944-2007). Este personaje fue yerno y consejero del presidente egipcio Gamal Abdel Nasser. Y tras la muerte de Nasser, Marwan llegó a ser uno de los hombres de confianza del siguiente presidente egipcio Anwar Sadat. Los egipcios estaban tan convencidos de su lealtad que, tras su muerte en 2007, el entonces presidente Hosni Mubarak se refirió a él como un “patriota leal a su país”.
Lo sorprendente es que Israel considera a Ashraf Marwan como uno de los mejores espías del Mosad (el servicio de inteligencia israelí). En el libro, The Angel: The Egyptlan Spy Who Saved Israel [El ángel: el espía egipcio que salvó a Israel], Uri Bar Joseph afirma que, como agente del Mosad. Marwan compartió información clave respecto a los planes bélicos de Egipto contra Israel, y dicha información salvó la vida de miles de israelíes. Evidentemente, Ashraf Marwan se las arregló para llevarse bien tanto con Egipto como con Israel, ya que fue declarado héroe nacional en ambos países.
Quizá haya alguien que suponga que en la vida espiritual se puede ser como Ashraf Marwan, y considere viable la posibilidad de estar bien tanto con Dios como con Satanás. Pero Jesús dijo: “Nadie puede servir a dos señores» (Mat. 6:24, NVI). Constituye una inmensa insensatez intentar vivir una doble vida espiritual, ya que cualquier coqueteo con Satanás nos descalifica delante de Dios. Santiago lo expresó así: “Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios» (Sant. 4:4, NVI).
En los tiempos del profeta Jeremías, cuando la nación de Judá entablaba alianzas con dioses paganos y pretendía seguir sirviendo a Dios, el Señor le dijo: “¡Vuelve, apóstata Israel! No te miraré con ira” (Jer. 3:12, NVI).
Volver es cambiar de rumbo, es darle una nueva dirección a la vida, es dejar de estar del lado enemigo, alejarse del pecado y comprometerse exclusivamente con Dios. A todos los que decidamos volver a nuestro Padre, se nos da esta promesa: “No te miraré con ira». ¿Escogeremos estar del lado del Señor?
La irá es algo muy grave yo particularmente tengo ira con alguien que mea hecho mucho daño pido a Dios que sane mis eridas para poder perdonar y olvidar
La ira envenena el alma, pero debemos perdonar por mucho daño que nos hayan hecho y solo pedirle a Dios que sane nuestras heridas
Amén, ayúdeme Padre a estar siempre de su lado
Amén
palabras sabias del padre eterno!! bendiciones