Libros
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105).
El mundo hoy celebra el Día del Libro, en memoria de escritores famosos que fallecieron el 23 de abril, como Shakespeare, Cervantes e Inca Garcilaso de la Vega.
¡A mí me encantan los libros! ¿Y a ti? Qué placer sentarme cómodamente con un buen libro en mis manos. Y si tiene olorcito a nuevo, ¡mejor todavía!
Hay muchas personas que aman los libros. Algunos, incluso, consideran que es “pecado” escribir en un libro, o doblar sus páginas. Jamás apoyan nada sobre la tapa. Me ha pasado de prestar un libro, y que vuelva con una mancha de aceite. La verdad es que no me gustó nada. Claro que los libros son para ser usados, ¡pero no como platos! Mi abuela Juana hace muchos años me ayudó a memorizar una poesía llamada “El ruego del libro”, de la poetisa chilena Gabriela Mistral. Quizá quieras buscar la poesía completa en Internet, o en alguna biblioteca cercana. En una parte, el libro ruega: “Trátame con dulzura, como si fuera una flor”.
Pero, ¿cómo podemos tratar con dulzura, con cuidado y reverencia el “Libro de los libros”, nuestra Biblia? ¿Estará mal escribir en ella? Yo creo que no, si subrayamos algún versículo que nos gustó. ¡Podrías incluso usar diferentes colores! También podrías escribir cómo sientes que un texto en especial habló a tu corazón. Ahora se pueden comprar Biblias especiales con márgenes grandes para escribir y decorar. Pero, si quieres jugar al ta-te-ti con un amigo en las páginas de la Biblia, no la estarás respetando, ¿no te parece?
Hay diferentes formas de mostrar respeto. En nuestras culturas latinas, generalmente colocamos la Biblia por encima de otros libros, para demostrar que es el libro más importante. Sin embargo, en otras culturas, el respeto a la Biblia se manifiesta colocándola por debajo de otros libros, como un símbolo de que es la base del conocimiento y la sabiduría.
¿Cuál crees que es la mayor muestra de respeto hacia la Biblia? Por más cuidadita que esté, si no estudias los consejos de Dios que están en sus páginas, no estarás respetándola. Cada día, abre sus páginas con oración y sorpréndete de lo que el Espíritu Santo te mostrará. Respetar la Biblia como Palabra de Dios es hacer de ella tu compañera y tu guía de vida cada día.
Cinthya