Arenas movedizas
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña y enderezó mis pasos. Salmo 40:2.
Estábamos de caminata y cruzamos un río. Delante de mí iba mi profesor de Biología y yo lo seguía como buen alumno. En un momento dado, pensé que otra zona de la orilla era más sólida y me dirigí hacia ella. Nada más pisar la tierra, me desestabilicé. No sentía firmeza en el barro y comencé a hundirme. Fue un momento de incertidumbre, hasta que me alcanzaron algo con que asirme y, no sin esfuerzo, salí. No olvidaré la sensación de inestabilidad.
David hace referencia a una situación similar cuando compara su vida sin Dios. El Señor lo saca del lodazal y lo coloca sobre suelo firme. Muchas veces te habrás sentido como David en el Salmo 40, en medio de arenas movedizas y con el temor de que la vida te ahogue. Es agobiante no tener dónde asirse y pensar que no hay salida. Pero Dios te saca de esas situaciones, te da estabilidad y fortalece tu caminar.
Uno de los significados de la palabra fe, en el hebreo, hace referencia a esa estabilidad que aporta confiar en Dios. Aparece en Deuteronomio 32:4, cuando dice: “Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectos. Es un Dios de verdad [de fe] y no hay maldad en él; es justo y recto”. No hay inestabilidad en Dios porque es la Roca, el ser más fiable del universo. Y Etán, el ezraíta, es uno de los salmistas que mejor canta esa fe que aporta tanta certeza. En el Salmo 89 dice que nunca dejará de hablar de ella (vers. 1), que se establece en cada rincón del universo (vers. 2), que los santos la celebran (vers. 5), que rodea la naturaleza de Dios (vers. 8), que es esencial en la relación con el Señor (vers. 24), que jamás le faltará (vers. 33) y que es la misma fe que lo relacionó con David (vers. 49). En resumen, que es una fe que vincula, da seguridad y fortaleza.
¿Qué te genera inseguridad? ¿El futuro laboral? ¿La situación económica? ¿El amor de pareja? ¿Una vida espiritual irregular? ¿El sentimiento de culpa? Si es así, deja de hundirte. Es hora de salir del lodo cenagoso, de las arenas movedizas de la vida. Solo no puedes, necesitas de él.
Necesitas asirte de la fe en la Roca. Dios, así lo dice la Biblia, lo puede todo y te quiere totalmente. Solo tienes que pedírselo y te dará la estabilidad de Etán, la estabilidad de David. Personas como tú, que se afirmaron en el Señor.
