Sábado 30 de Julio de 2022 | Matutina para Jóvenes | Su herida nos sanó

Sábado 30 de Julio de 2022 | Matutina para Jóvenes | Su herida nos sanó

Su herida nos sanó

«Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia. ¡Por su herida habéis sido sanados!». 1 Pedro 2: 24, RV95

Dos monjes estaban lavando sus tazones en el río cuando vieron que un escorpión se ahogaba. Uno de ellos lo sacó de inmediato y lo puso delicadamente sobre la orilla. Justo antes de posarlo sobre la arena, el escorpión movió rápidamente su cola para picar al monje. Cuando el dolor fue mitigándose, con el dedo hinchado, el monje volvió a la orilla a acabar de lavar su tazón. Mientras estaba en su labor, vio que el escorpión se había vuelto a caer al agua. Inmediatamente, metió su mano en el río, aún dolorida, para sacar al animal. Mientras dejaba al escorpión en el suelo, este lo picó nuevamente. El otro monje le preguntó:

—Amigo, ¿por qué continúas salvando al escorpión cuando sabes que su naturaleza es picar?

—Porque salvarlo es mi naturaleza.

Nuestra naturaleza es pecar, apartarnos de Dios, darle la espalda, desobedecerle, rechazarlo. La naturaleza de Dios es amor que insiste, que busca al hombre, que no descansa hasta encontrarlo para salvarlo. Ignora nuestra ingratitud, pasa por alto nuestro desprecio, sigue ahí hasta lograr que miremos su entrega y sacrificio por nosotros.

Lo conocí la primera vez que visité una iglesia de mi distrito. Había un solo camino para llegar hasta el templo, y él estaba allí, parado con un cuchillo en la mano. Me asaltó y me quitó todo lo que tenía. Me robó varias veces. Entonces convine con él regalarle algo de dinero cada cierto tiempo y que no me robara. Así lo hice siempre hasta aquel día, al comienzo de una campaña, cuando decidió protegerme para que los miembros de otra banda no me asaltaran. Me acompañó hasta el templo, se sentó y se quedó a esperarme, para luego sacarme. Me acompañó todas las noches y nos sorprendió cuando se levantó a un llamado para aceptar a Jesús como su Salvador personal. Decidió bautizarse, pero el primer sábado se robó una bicicleta en el templo. Lo fuimos a buscar para que regresara y volvió, pero al sábado siguiente se robó el dinero de los diezmos. Fuimos por él una vez más, aunque muchos ya se oponían.

Esa es la misión de la iglesia, esa es la naturaleza de Dios y esa debe ser la naturaleza tuya y mía mientras nos unimos a @Dios en el cumplimiento de la misión de alcanzar a los perdidos.

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