«Lejos de tu presencia»
«Hoy me has echado fuera de esta tierra, y tendré que vagar por el mundo lejos de tu presencia, sin poder descansar jamás. Y así, cualquiera que me encuentre me matará». Génesis 4: 14
Cuando el hombre se aleja de Edén, se aleja de Dios y se convierte en un ser errante e insatisfecho. Para hacer llevadera su maldición, una vez ubicado en el oriente, Caín decide hacer dos cosas: procrear mediante las relaciones sexuales y construir una ciudad (Génesis 4: 17). ¿Por qué? Porque una vez separado de Dios, el deseo del ser humano es encontrar vida, eternidad nuevamente.
El acto de Caín de construir una ciudad es una respuesta a su situación de separación, un intento de satisfacer sus más profundos deseos: estabilidad, un hogar, significado y sentido. La integridad emocional del ser humano es el resultado de su origen: por creación pertenece a Dios, pero también pertenece a su ambiente físico y social (Génesis 2: 8-15). Edén significa «delicia», una morada santa, bella y completa. No fue construido por el hombre, Dios lo plantó para él. El hombre no puede pertenecer a un ambiente físico construido por sí mismo, pues «si Dios no construye la casa, de nada sirve que se esfuercen los constructores» (Salmo 127: 1, TLA).
Cuando el hombre construye su propia morada, como Caín, comienza una vida en el que su sentido de pertenencia al medio se distorsiona, convirtiéndose en un ser sin sentido, errante, con un profundo vacío, inseguro y desarraigado. Necesitamos, por tanto, un sentido de pertenencia espiritual, que solo se consigue junto a Dios. Esta asociación con el Dador de la vida nos mantiene en el pleno sentido de la existencia. Por eso Caín satisfaría sus más profundos deseos de eternidad al reproducirse. También satisfaría su deseo de seguridad creando un lugar que le perteneciera: una ciudad.
La directa relación entre estos dos actos está revelada en la identidad del nombre dado a la ciudad y al hijo: Enoc, que significa «iniciación» o «dedicación». Caín «inicia» un nuevo mundo por cuenta propia, en vez de permitir que Dios lo inicie para él. Caín está iniciando un nuevo mundo para rechazar el mundo lleno de insatisfacción y de dolor producto de su crimen. Decidió arreglar el problema por su propia cuenta, por su propio esfuerzo, sin Dios.
¿Cuántas personas no intentan hoy hacer lo mismo? Pero el @Dios de las Escrituras nos dice en este día: «Separados de mí ustedes no pueden hacer nada. Déjame ser el arquitecto de tu vida, no te arrepentirás».