¡Nada de mentiras!
“Por lo tanto, ya no mientan más, sino diga cada uno la verdad a su prójimo, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo” (Efesios 4:25).
Investigadores de la Universidad de California estudiaron el comportamiento de personas de entre 6 y 77 años, para analizar la frecuencia con la que mentían. Los resultados de la encuesta mostraron que las personas que más mienten tienen entre 9 y 12 años: el 59 % dice entre una y cinco mentiras al día, y el 15 % miente más de cinco. Es el índice más alto, en comparación con las otras edades estudiadas. Si la encuesta se hiciera en Sudamérica, ¿formarías parte de este número?
Es triste pensar que es tan fácil para nosotros mentir. Muchas personas creen que una pequeña mentira está bien, y terminan usando esta excusa para convencerse de que no están haciendo nada malo. Otros dicen que la verdad no siempre es lo mejor que se puede decir, y que mentir de vez en cuando puede incluso ayudar. No importa qué excusa uses, mentir nunca debería ser una opción. En cambio, puedes elegir las palabras adecuadas, tratar de ser amable, explicar la situación, pero nunca seguir el camino de la mentira.
Empieza con una pequeña mentira aquí, otra allá, y pronto la persona se ve inmersa en un mar de falsedades. Esta es siempre la peor manera, porque te pone en contra de Dios, que solo dice la verdad; él es la Verdad.
Pasarás por muchas situaciones en las que mentir puede parecer la mejor salida. Tal vez sea una cosa muy pequeña, que aparentemente no importa en absoluto. No caigas en esta trampa. Esfuérzate por elegir decir la verdad. Poco a poco, esta actitud se repetirá y la mentira se alejará cada vez más. Sigue el ejemplo de Jesús y di siempre la verdad.