La mejor compañía
“Sigan ustedes mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo” (1 Corintios 11:1).
“Dime con quién andas y te diré quién eres”. Este es un dicho popular que se usa para expresar que las compañías tienen una gran influencia sobre nuestra vida. Si eres buen alumno, te gusta estudiar, siempre haces la tarea y sacas buenas notas, es probable que tus compañeros más cercanos también sean así. Juntos, se ayudan mutuamente, y uno acaba pareciéndose al otro en la forma de pensar. Eso es lo que significa el proverbio. Vivir con alguien puede hacer que nos parezcamos a esa persona.
Si estar rodeado de buenas compañías tiene una influencia positiva, rodearte de personas que hacen lo incorrecto puede tener efectos negativos. Puedes (¡y debes!) hacer el intento de aconsejar a tus amigos cuando estén haciendo algo mal, pero ¡ten cuidado! A menudo, en lugar de que cambien de opinión, puedes terminar siendo convencido por ellos y adoptar las mismas actitudes equivocadas. ¿Qué hacer, entonces? Elige amigos que sean buenos modelos para ti y que te ayuden a ser una mejor persona. Si pasar tiempo con alguien hace que nos parezcamos a esa persona, el mejor modelo a seguir es Jesús. Al leer la Biblia, puedes aprender acerca de sus historias y ver cómo actuó en cada situación. Así es como, poco a poco, tus actitudes se irán volviendo más parecidas a las de él. No hay mejor opción que querer ser como Jesús. ¡Te lo aseguro! La próxima vez que tengas que tomar una decisión, piensa: ¿Qué haría Jesús en mi lugar?
Eleva esta oración: “Señor, quiero ser cada vez más parecido/a a ti. Permanece a mi lado en cada decisión que tenga que tomar. Necesito de tu ayuda para lograrlo. Amén”.