Un encuentro con la novedad
“Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas” (Apoc. 21:5).
La canción de Arautos do Rei “Tudo novo” habla mucho acerca de la forma en que Dios hace nuevas todas las cosas, tanto mencionando varios milagros que realizó Jesús en la Tierra, como actuales, y los que prometió hacer cuando vuelva.
Una y otra vez aparece en la Biblia la obra restauradora de Dios en el hombre. Sin embargo, vemos que esa acción no siempre resultó tan fácil de asimilar. En el Nuevo Testamento, vemos que la novedad muchas veces no fue bien vista.
Tomemos el caso de unas personas que de por sí objetaban todo lo que hacía, y el caso de una amiga cercana, para recordar que en todos los niveles podemos llegar a encontrarnos con esta reticencia a la novedad.
Poco después del milagro de la curación del ciego de nacimiento, en una reunión entre la élite de la nación, los fariseos se encontraron con que uno de ellos, Nicodemo, estaba defendiendo a Jesús y reclamando que se lo escuchase si se lo iba a juzgar. A esto, sus compañeros, sorprendidos, respondieron: “¿No eres tú también de Galilea? Investiga y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta” (Juan 7:52, NVI). Los dirigentes no estaban listos para aceptar que algo nuevo estaba sucediendo; algo que rompía los esquemas.
Por otro lado, tenemos la historia de Marta, quien conocía más los efectos de la muerte que los efectos del Dador de la vida. Ante la orden de Jesús de quitar la piedra que ocultaba a Lázaro, se apresuró en objetar: “Señor, ya debe oler mal, pues lleva cuatro días allí” (Juan 11:39, NVI).
Marta y otros amigos de Jesús tampoco estaban listos para aceptar que algo nuevo podía suceder. ¿Y nosotros?
“Cuando el Señor está por hacer una obra, Satanás induce a alguno a objetar. […] Cristo reprendió a Marta, pero sus palabras fueron pronunciadas con la mayor amabilidad. […] Las imposibilidades naturales no pueden impedir la obra del Omnipotente” (El Deseado de todas las gentes, p. 492).
Dios quiere hacer nuevas las cosas no solo en el cielo, sino en tu vida hoy. Se acerca con la mayor amabilidad y te ofrece hacer “nuevas todas las cosas”, tanto en tu vida como en algunos proyectos de la iglesia en los que parece que ya se ha probado sin resultado. Puede ser que alguien objete, pero ¡nada puede impedir la obra del Omnipotente!
