¿Qué le pidió Jesús a la mujer samaritana?
“Dame un poco de agua” (Juan 4:8).
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¿Te gusta beber agua?
Toma un vaso y llénalo de agua. Observa que el agua es transparente, no tiene ningún color, no tiene sabor y no tiene olor.
El agua es esencial para vivir. Más de un 70 % de nuestro cuerpo está formado por agua. Dios la creó como la mejor bebida para nuestro cuerpo. Todos los seres vivos necesitamos agua para vivir.
¿Sabes cuánto tiempo puedes sobrevivir sin beber agua? Entre tres y cinco días, los adultos pueden aguantar un poco más, pero es muy importante que bebas ocho vasos de agua al día para mantener tu cuerpo saludable.
Jesús también bebía agua. Un día, se detuvo en un pozo de la región de Samaria y le pidió a una mujer que le diera agua de la que había sacado con su cántaro.
La mujer se sorprendió de que ese hombre hablara con ella; primero porque era hombre, y no estaba bien visto que hablara con una mujer desconocida; y segundo, porque era judío, y los judíos y los samaritanos no se llevaban bien.
Ella, extrañada, le preguntó: “¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?” Y Jesús le respondió: “Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva” (puedes leerlo en Juan 4).
¿Qué quiso decirle Jesús a esta mujer samaritana? Jesús es el Agua viva, él nos ha salvado a todos de forma gratuita, pero solo puedes ser salvo si se lo pides, es decir, si tú quieres que él sea tu Salvador. Aquella mujer samaritana aceptó a Jesús como su Salvador. Y tú, ¿le pedirás que sea tu Salvador?
Escribe tu respuesta en tu Diario de Oración y no te olvides de beber agua y disfrutar de la salvación que Jesús te da cada día.