De dos en dos
“Reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus malignos y sanar toda enfermedad y toda dolencia” (Mat. 10:1, NVI).
Había llegado la hora de la verdad. Debían poner en práctica todo lo que habían visto y aprendido… esta vez sin Jesús al lado.
Recuerdo que un profesor nos sentaba en su consultorio antes de que comenzáramos a hacer la ronda de visitas. Nos comentaba los casos y nos daba información sobre los pacientes y su evolución. Repasábamos algunas maniobras y preguntas, y entonces nos dividíamos para visitar las diferentes habitaciones. Siempre admiré la paciencia y la bondad con que este profesor nos preparaba antes de salir.
Te recomiendo que leas el capítulo entero de Mateo 10 y veas con cuánto amor y cuidado Jesús dio sus instrucciones antes de enviar a los discípulos.
No sabemos si ellos anotaron todo lo que él iba diciendo, pero seguramente recordaron sus palabras. Jesús los preparó para todo tipo de situación: de aceptación o de rechazo, de conocimiento o de ignorancia, de confianza o de traición.
¿Has tenido alguna pareja misionera alguna vez?
Con una amiga teníamos la costumbre de reunirnos una vez por semana bien temprano de mañana con una libreta de oración. Compartíamos pedidos y agradecimientos e íbamos anotando todo antes y después de orar.
Con otra amiga teníamos la costumbre de elegir un libro de la Biblia y compartir cada día versículos que nos habían hecho reflexionar del capítulo leído.
Con otras amigas salíamos cada sábado a dar estudios bíblicos o visitar gente.
Como dice la cita, el hecho de compartir estas actividades nos daba más fortaleza y ánimo.
Te invito a que hoy elijas a un amigo o amiga que te acompañe en la misión. Dios tiene poderosos planes que quiere cumplir a través de nosotros, de dos en dos.