El martillo y la fiesta de Janucá – parte 1
“Por esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación” (Juan 10:22, NVI).
El Antiguo Testamento termina con el territorio de Palestina bajo el control de los persas. Pero en el año 334 a.C., Alejandro Magno lanza un ataque contra el Imperio Persa en decadencia, y en el 331 a.C. se abre camino a través de Palestina para conquistar Egipto. Después de su muerte, sus generales más poderosos se repartieron el Imperio. Palestina al principio quedó bajo el control de los Ptolomeos (gobernantes griegos de Egipto). Bajo su dominio los judíos vivieron pacíficamente, hasta que el Imperio Seléucida, con sede en Siria, derrotó a Egipto y se apoderó también de Palestina.
Alejandro había entendido que para ejercer control sobre sus territorios debía promover un idioma y una cultura comunes. Muchos judíos, especialmente los de clase alta, se sentían atraídos por la cultura griega. Otros murmuraron al respecto, pero no hicieron mucho para oponerse. Entonces, el rey seléucida Antíoco IV entendió que necesitaba fortalecer su imperio haciéndolo culturalmente más uniforme. Temía al poder y el auge que estaba cobrando el nuevo Imperio Romano. Cuando Antíoco robó el tesoro del Templo de Jerusalén, abolió la ley judía y estableció un nuevo orden de adoración, otros judíos comenzaron a ofrecer resistencia.
Al darse cuenta de que el judaísmo siempre sería una amenaza para la forma en que los reyes sirios querían controlar su imperio, los seléucidas decidieron destruir la fe de los judíos de Palestina. Prohibieron ofrecer sacrificios y ofrendas en el Templo de Jerusalén y los reemplazaron por altares erigidos a los dioses paganos. Hicieron todo lo que les vino a la mente para deshonrar el sábado. Si una madre circuncidaba a su hijo, las autoridades seléucidas podían condenarlos a muerte. Muchos judíos huyeron de las ciudades para esconderse en el campo; otros sufrieron el martirio y la muerte por permanecer leales a Dios y a su religión.
El libro 2 Macabeos (escrito durante el período que transcurrió entre el Antiguo y el Nuevo Testamento y que no forma parte del canon bíblico, es decir, de los libros considerados como parte de la Biblia) cuenta cómo los sirios arrestaron a una madre judía con siete hijos y los torturaron para obligarlos a comer carne de cerdo. Cuando expresaron que preferían morir antes que transgredir las leyes de sus antepasados, el rey sirio se enfureció y se propuso lograr que la madre y los hijos renunciaran a su fe.
Continuará…
GW