Revisa tu equipaje
“¡Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, que día tras día lleva nuestras cargas!” (Sal. 68:19).
–¿Lleva algo peligroso en su equipaje? –me preguntó en una ocasión un guardia de seguridad de un aeropuerto.
–No –contesté yo, enfática, y continué con paso seguro hacia mi destino.
Sin embargo, la voz ruda y fuerte del guardia resonó en mi mente como un eco lejano, pero inquisitivo: “Señora, ¿lleva usted algo peligroso en su equipaje?” Entonces toqué mi sien como buscando una nueva respuesta. Y allí abrí la valija de mi vida y comencé a mirar lo que llevaba en ella. No todo lo que vi me gustó.
No cabe duda de que todas tenemos asuntos inconclusos en nuestra mente, rencillas eternas con nuestra esencia, heridas que no cierran, perdones suspendidos por causa de la soberbia… Ese es un equipaje muy peligroso. En aquel momento, pensé: Es hora de dejar a un lado todo lo que hace lenta mi llegada a la autorrealización como mujer cristiana. Y hoy te invito a ti a hacer ese mismo ejercicio de fe.
Este fin de año es tiempo de revisar el equipaje de la vida; es tiempo de dejar, abandonar, perdonar, desechar las penas añejas y comenzar a disfrutar las experiencias que traerá a tu vida el nuevo año. No mires las penas habidas; mira con los ojos de la fe tu destino final y aligera el paso. Las cargas que estás arrastrando hacen muy lento tu transitar. Mejor asume con valor las cargas que vendrán; quizá te ofrezcan oportunidades para poner a prueba tus valores, principios y virtudes, teniendo la seguridad de que Dios será tu ayudador incondicional.
- En tus cargas físicas, Dios te fortalecerá.
- En tus cargas emocionales, Dios te consolará.
- En tus cargas espirituales, Dios te iluminará.
- En tus cargas laborales, Dios te dará energías.
- En tus cargas financieras, Dios proveerá.
- En tus cargas familiares, Dios te acompañará.