Lo que Dios quiere
«Lo que Dios quiere es que ustedes lleven una vida santa, que nadie cometa inmoralidades sexuales». 1 Tesalonicenses 4: 3
En el versículo de hoy, Pablo está expresando lo que Dios quiere que haga todo aquel que recibe el mensaje de salvación. Pablo les recuerda cómo debían «conducirse», es decir, su conducta moral y ética diarias. Ya hemos visto en varias meditaciones de los últimos días que «santo» se refiere a «apartado para un uso sagrado», pero en este pasaje Pablo añade una nueva dimensión a la santidad y la presenta como el estado o condición en que los hijos de Dios han de esperar el regreso de Jesús (ver 1 Tesalonicenses 3: 13).
Ahora bien, en este pasaje Pablo contrasta la santidad con la «inmoralidad», especialmente de índole sexual. Aunque la salvación solo se obtiene mediante la gracia de Dios, la vida cristiana debe ser una vida de crecimiento, buscando la perfección que nos ha sido prometida en Cristo. El don de la sexualidad es una evidencia del amor de Dios por nosotros, pero se ha abusado tanto de este don, que en algunos casos llega a ser una maldición para muchos y causa mucho sufrimiento y tristeza.
Desde su niñez vivió al frente de esas dos casas enigmáticas. Eran casas de citas donde muchos personajes que visitaban la ciudad podían ir a comprar placer de todas las clases contando con la más absoluta discreción. Acudían a ellas políticos, funcionarios y personas de la alta sociedad. Él creció recibiendo el elogio de las damas que trabajaban allí. Observó la vida dura que tenían que soportar y, muchas veces, las vio llorar. Fue allí donde se perdió en el oscuro mundo de la inmoralidad y aprendió toda clase de vicios. Pero un día, una joven colportora le regaló una revista misionera donde aprendió acerca del amor de Dios.
El encuentro con Cristo le reveló su desastrosa condición y lo motivó a buscar la iglesia, allí entregó su vida al Señor Jesús y logró por su gracia vencer todas sus inclinaciones y dejó para siempre su vida pasada.
En el pasaje de hoy Pablo concluye con tres motivaciones para una vida santa: (1) Dios nos pedirá cuentas, (2) él nos ha llamado a santificación y (3) nos ayuda con su Espíritu. Por eso, el mensaje de @Dios para ti hoy es: «¿Estás luchando contra la inmoralidad? Mi Espíritu puede darte las fuerzas para vencer».