Fuera de control
“Nuestros sufrimientos son pasajeros y pequeños en comparación con la gloria eterna y grandiosa a la que ellos nos conducen” (2 Cor. 4:17, PDT).
Nicole Zasowski es terapeuta de parejas y autora estadounidense. En su libro From Lost to Found [De perdida a encontrada], ella relata su historia. Nicole tenía una vida “perfecta” en la soleada California: estaba felizmente casada y tenía una carrera profesional exitosa. Entonces, su marido recibió una propuesta laboral en Connecticut y ambos se mudaron. Con este cambio, se desató una temporada de sufrimientos. Nicole se quedó sin trabajo, tuvo cinco abortos espontáneos y recibió un diagnóstico devastador. Sin embargo, sobre todo, Nicole dice que perdió la sensación de estar al control de su vida, que perdió todas las falsas anclas que antes le habían dado un sentido de identidad y seguridad. “Por primera vez sentí que yo no había manejado y orquestado la situación, y que no podía controlarla”, dice ella. Irónicamente, fue en esta etapa en que menos control tenía que encontró más libertad en Cristo.
Cuando Nicole se mudó, le costó mucho encontrar un trabajo. En California había sido una terapeuta aclamada, pero en Connecticut a nadie parecía impactarle su currículum. Por mucho que intentara deslumbrar a los empleadores, no lograba que la eligieran. Comenzó a trabajar unas horas en una clínica privada y el resto del tiempo en una tienda de ropa. “Yo estaba aferrándome tan fuertemente a mi propia visión que no podía ver o apreciar la provisión de Dios. Finalmente, pensé: ¿Qué tal si la provisión de Dios es realmente fabulosa; como un regalo sorpresa que no estaba en mi lista, pero que es mejor de lo que hubiera podido imaginar?” (narra Stephanie May Wilson en el episodio 101 de “Girls Night”: “How to Navigate Big Life Transitions with Faith”). Aunque Nicole jamás hubiera escogido estos trabajos, dice que durante esa temporada no solo creció a nivel profesional, sino también a nivel personal. Se produjo un cambio de paradigma y ella comenzó a trabajar motivada por su valor en Cristo, no para obtener valor.
Su deseo de ser madre también pasó una transformación similar. Nicole le dijo a Dios que, aunque deseaba ser madre, su valor no cambiaría si esto no sucedía. Tiempo después, quedó embarazada; y tuvo dos hijos. Nicole escribe: “A nadie se le promete una vida fácil. […] Pero aun en las temporadas más difíciles, el amor de Dios está presente. Y ese amor nos cambia. Esto es lo que quiero decirles: del otro lado del dolor que no elegiríamos, encontramos una transformación que no cambiaríamos por nada”.
Señor, recuérdame hoy que cuanto menos control tengo sobre una situación, más me obliga eso a depender de ti. Las circunstancias más desafiantes conducen a una mayor libertad.
Amén, bendiciones