Martes 06 de Septiembre de 2022 | Matutina para Adultos | Tomarle la palabra a Dios

Martes 06 de Septiembre de 2022 | Matutina para Adultos | Tomarle la palabra a Dios

Tomarle la palabra a Dios

“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:31, 32).

Dios ha prometido en su Palabra que, “si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14). ¿Pero qué pasa si la respuesta demora? “Cuando nos parezca que nuestras oraciones no son contestadas”, dice El camino a Cristo, “debemos aferrarnos a la promesa; porque el tiempo de recibir contestación seguramente vendrá” (p. 142).

Ravi Zacharias cuenta la experiencia que vivió Hien Pham, un joven vietnamita que sirvió de traductor mientras Zacharias predicó en Vietnam en 1971 (Deliver us from evil, pp. 191-194). Juntos viajaron por todo el país predicando la Palabra, y se hicieron amigos. Cuando Zacharias regresó a su país, perdieron el contacto. Cuatro años más tarde, Vietnam caería en poder de los comunistas.

Diecisiete años después, Zacharias recibió una llamada de Hien. Le contó que, poco después de la caída de Vietnam, fue arrestado, acusado de ayudar al ejército estadounidense. Mientras estuvo en prisión, lo obligaron a leer propaganda comunista contraria a la fe cristiana.

Durante todo ese tiempo Hien oró a Dios, pero sin recibir respuesta aparente: “¿Dios no existirá?”, se preguntaba. “¿Habré sido engañado?” Finalmente, agobiado, una noche se dijo a sí mismo que no oraría más y que renunciaría a la fe cristiana. Al amanecer, lo asignaron al lavado de las letrinas. Mientras realizaba la desagradable tarea, vio que en el cesto de la basura estaba un papel impreso en inglés. Rápidamente lo limpió, y lo guardó en su bolsillo. En la noche, lo leyó. Era una porción de Romanos 8, con nuestro texto de hoy: “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”.

Al leer estas palabras, Hien lloró. ¡Justamente, comenzando ese día, él había decidido renunciar a su fe! Al día siguiente pidió que le permitieran seguir limpiando la letrina. Ahí, cada día encontraba porciones de la Escritura que alguien usaba como papel sanitario. Cada porción era su lectura de la noche, pero las bendiciones no terminaron. Providencialmente fue liberado; luego, milagrosamente, logró escapar a Tailandia; y finalmente, viajar a los Estados Unidos.

¿Qué debes hacer cuando las respuestas a tus oraciones demoren? Aférrate a las promesas de Dios. Él es fiel a lo que promete, y anhela bendecirte, como su hijo, su hija especial, que eres.

Padre amado, hoy quiero alabarte porque tus promesas son seguras. Te pido que se cumplan en mí, en el momento oportuno, y de acuerdo con tu voluntad.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Arminda Moscoso

    Gracias y buen dia estoy igual que Ravi y me biene muy bien esta matutina para relajar y sostener mi anhelo ✨

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