El mejor pastor
«Escogió a su siervo David, el que era pastor de ovejas; lo quitó de andar tras los rebaños, para que cuidara a su pueblo, para que fuera pastor de Israel. Y David cuidó del pueblo de Dios; los cuidó y los dirigió con mano hábil y corazón sincero». Salmo 78: 70-72
Durante muchos años había trabajado como gerente de la agencia de motocicletas Honda para toda la región. Cuando supo que se llevaría a cabo el encuentro de liderazgo y oración en la ciudad de Medellín, decidió asistir. El primer día del evento pasó por el salón que había sido organizado para orar. Tomó un lapicero y, después de poner sus pensamientos en orden, decidió escribir el anhelo de su corazón. Esbozó su sueño en el papel, de manera lenta y segura. Escribió cada palabra desde lo más profundo de su ser, y al final se dejó caer en un rincón y se desbordó en llanto.
Como yo era el encargado del salón de oración, pasé a dar una mirada y, al entrar, lo vi allí tirado en el piso. Me senté a su lado, le pregunté si ya había escrito su oración, y él asintió con la cabeza. Me contó que desde muy joven había reconocido el llamado de Dios para ser pastor. Estaba haciendo los preparativos para ir a la universidad a estudiar Teología. Pero se enamoró, se casó y, al poco tiempo, le nació una linda bebecita. Sentía entonces que en esas condiciones no podía responder al llamado de Dios.
Le dije que lo único que tenía que hacer era recomponer sus sueños e incluir en ellos a su esposa e hija y, de igual manera, Dios lo bendeciría para que su llamado fuese una realidad. Cuando habló con su jefe, este le ofreció aumentarle el salario para que no renunciara. No quería perder a un trabajador honesto, íntegro e inteligente. Pero esas eran las cualidades que Dios había mirado en él cuando le hizo el llamado. Al llegar a la universidad, encontró un buen trabajo y pudo costear su carrera con su trabajo. Hoy es uno de los pastores más apreciados en su Asociación. Dios lo tomó de entre las motos y lo trajo para apacentar sus ovejas.
¿Sabías que Dios también tiene un plan para tu vida? No sé dónde estás en la vida ni qué haces, pero si todavía no has aceptado el llamado que @Dios te está haciendo, él te dice: «Yo deseo cambiar tu vida, tengo grandes planes para ti. Acéptame y acéptalos».