Inflado de honor
“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos” (Filipenses 2:3, NVI).
¿Qué cosas nunca faltarían en tu cumpleaños que se usan para la decoración y los juegos? Si estás pensando lo mismo que yo serían los… ¡globos! ¡Son tantas las cosas que se pueden hacer con ellos! El globo es un recipiente de material flexible que sirve para decorar, entretener a los niños y hacer juegos para todas las edades, entre otras cosas. Se pueden llenar los globos con aire o helio: aunque los favoritos de chicos y grandes suelen ser los que están llenos de helio, porque cuando están inflados con gas se elevan solos en el aire y, al soltarlos, flotan y se elevan hasta el techo de una habitación o al cielo de un jardín.
Pero ¿qué sensación te provoca un globo que está muy inflado? Lo primero que viene a mi mente es que ese globo está a punto de reventar y eso hace que se me erice la piel. En la mayoría de los casos un globo puede traer felicidad. Sin embargo, cuando un globo se infla mucho y se revienta, esa sensación automáticamente se convierte en desilusión y tristeza.
En ocasiones, tú y yo podemos parecernos a un globo, no por lo flexibles ni por lo festivos, sino por lo inflados. Sin darnos cuenta, muchas veces inflamos nuestra vida de orgullo, rivalidad, egoísmo y vanidad, y pensamos que somos mejores que los demás. Al creerte más inteligente, más lindo o más destacado en cualquier área de tu vida, puedes actuar mal y hacer sentir a los demás que eres mejor que ellos. Eso hace que nos inflemos con aires de importancia, y mientras más nos inflamos, más corremos el riesgo de reventar. Y como el globo, si se revienta, lo único que causa es desilusión y tristeza.
La Biblia hoy nos enseña que no debemos creernos superiores a nadie, que no debemos hacer nada por egoísmo o vanidad; más bien, con un corazón lleno de humildad considerar a los demás como mejores que nosotros. La bondad y el amor son la ley del reino de Cristo, que vino a esta Tierra para enseñarte a ser humilde, amable y atento con los demás.
De ahora en adelante, cuando veas un globo, recuerda que tú debes estar inflado de amor y humildad, y reconocer que todo lo que tienes y eres es un regalo que proviene de Dios, no para tu propio bien, sino para hacer bien a los que te rodean. Solo entonces tendrás un lugar, inflado de honor, en el reino de Dios.
Magaly