«Vete y no peques más»
« Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno; ahora, vete y no vuelvas a pecar”». Juan 8: 11
Un muchacho que hizo sufrir mucho a sus padres abandonó el hogar y se fue para otra ciudad. Un día sufrió un accidente que le costó ambas piernas. Tan pronto los padres oyeron la noticia de lo ocurrido, se apresuraron hacia el hospital donde él estaba recluido. Allí lo abrazaron y le dieron muestras de un amor invariable. Luego, con gran humildad, él muchacho dijo:
—¿Quiere esto decir que ustedes me perdonan?
—Siempre te hemos perdonado y ahora mucho más —respondieron ellos.
—Pues entonces podré vivir sin piernas.
El perdón es una de las necesidades básicas de todo ser humano. Son incontables las historias de personas que han enloquecido o se han suicidado cuando se les ha negado el perdón. Jesús abandonó el monte de los Olivos y se dirigió al templo en Juan 8. De repente aparecieron los escribas y los fariseos, luego una gran multitud con piedras en las manos. En medio de ellos una aterrorizada mujer que, agotada por la vergüenza y la desesperanza, cayó abatida al piso. La gente se abrió paso y ellos, empujándola, la colocaron frente al Hijo de Dios. Entonces dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido tomada en el acto mismo del adulterio. La ley de Moisés nos mandó apedrear a las tales, tú pues, ¿qué dices?». Jesús, miró un momento la escena y les dijo: «Quién no tenga pecado, lance la primera piedra».
Uno a uno, dice la Escritura, todos se marcharon. Ahora la impenitente y desventurada abre los ojos y nota que está a solas con el Hijo de Dios. Jesús le pregunta: «¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te ha condenado?». Aquella mujer respondió: «Señor, ninguno». El Maestro le dijo: «Ni yo te condeno, vete y no peques más». Jesús perdonó todo su pasado y, para darle la seguridad de su completo perdón, le dijo: «No peques más».
Hoy @Jesús te extiende las mismas palabras a ti: «Vete y no peques más». Esa expresión es una promesa que significa: «Te libraré del poder del pecado, te daré la fuerza para que resistas el mal». A la vez, incluye palabas de advertencia: «Aléjate del pecado, porque la paga del pecado es muerte. El pecado puede destruirte en un instante si te confías».