¿Orar para qué?
«¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Qué ganamos con orar ante él?». Job 21: 15
Boris es el encargado de la seguridad de las playas en su ciudad natal. Ha trabajado como rescatista e instructor de natación por muchos años, así que fue contratado por un grupo de personas para llevar a cabo una hazaña: cruzar nadando un torrentoso río varias veces para fortalecer la técnica de nado en ríos. Cuando salieron hacia el lugar donde harían las prácticas se sintió nervioso y con un extraño presentimiento. Preguntó por una cuerda para llevarla por si se presentaba una emergencia, y el resto de los miembros del grupo lo ridiculizaron, pues les parecía innecesario, ya que todos eran expertos nadadores.
Uno de los participantes era un alto ejecutivo de la empresa minera de la región. Al caminar a su lado, Boris le expresó su inquietud y le dijo que era necesario encomendarse a Dios para que todo saliera bien. La reacción de este hombre fue de total rechazo a la idea de invocar a Dios.
—A ese ser no lo metamos en este cuento —dijo—, él debe estar tan ocupado que no creo que piense en nosotros y mucho menos que esté pendiente de nosotros, así que, ¿de qué sirve orar?
Iniciaron el ejercicio y se lanzaron al río. Lo cruzaron una vez, y luego una segunda vez sin ningún contratiempo. Cuando estaba en la mitad del río, haciendo su tercer intento, vino una creciente inesperada cargada de palos y piedras que arrastraba todo a su paso. El grupo comenzó a luchar para escapar de las turbulentas aguas y quedaron divididos unos a un lado y otros en la orilla opuesta. Solo Boris y el alto ejecutivo quedaron atrapados en una roca en medio del río. Como no había una cuerda para rescatarlos, esperaron a que pasara la creciente para escapar.
El agua comenzó a descender, solo para que viniera una creciente nueva y más fuerte. Boris sabía que la roca ya no sería un lugar seguro. Ambos se lanzaron al agua y lucharon para llegar a la orilla. Boris lo logró, pero el hombre no. Aquel día Boris encontró la respuesta a la pregunta: ¿De qué sirve orar?
Muchos creen que la oración es un simple placebo espiritual, pero la Biblia declara que la oración nos acerca a Dios y, por medio de ella, podemos obtener las más ricas bendiciones, protección y crecimiento espiritual. Por eso, al iniciar este día @Dios te dice: «Ora sin cesar».