Sábado 11 de Marzo de 2023 | Matutina para Jóvenes | Mizpah

Mizpah

Entonces Labán dijo: “Este montón de piedras es testigo hoy entre nosotros dos”. Por eso fue llamado su nombre Galaad; y también Mizpah, por cuanto dijo: “Vigile Jehová entre tú y yo cuando nos apartemos el uno del otro”. Génesis 31:48, 49.

A la gente le gusta amontonar piedras. Al pasear por el noroeste de Argentina, de tanto en tanto, te encuentras con apachetas donde los creyentes en la Pachamama dejan sus ofrendas. Caminar por las islas Feroe es muy arriesgado, hay muchos acantilados y, además, mucha niebla y lluvias intensas. Para que los caminantes no se despeñen se colocan montones de piedra (cairns) cerca de los lugares más peligrosos. En Hawái se los llama ahu e indican las diferentes rutas que se pueden realizar en las excursiones. Los scouts emplean piedras para indicar el camino correcto, las llaman “patos” (duckies, en inglés). Incluso tienen una expresión (“Dos rocas no hacen un pato”), para que los jóvenes aprendan a diferenciar los montones casuales de los intencionados..

En Israel sobran las piedras. Hay piedras por todos lados y son molestas. En los campos, para cultivar adecuadamente, se retiraban y solían construirse muros o mojones que marcaban los límites. También para recordar un acuerdo o evento. Nadie se las iba a llevar de ahí, y eran el símbolo de una alianza. Eso sucedió con Labán y Jacob. Tras sus altibajos, Jacob decidió retornar a casa y se despidió de su suegro. Era el momento de sellar un pacto de fidelidad e hicieron un montículo de piedras. Labán, en la lengua de sus ancestros, lo llamó “Jegar Sahaduta”. Y Jacob, en la lengua de Canaán, lo llamó “Galaad”. Ambos términos significan “montón del testimonio”. Y podría haber quedado como un simple registro de la memoria si no hubiesen añadido que también lo llamarían “Mizpah”. Y esta palabra significa “atalaya”, lugar elevado desde donde se puede observar el horizonte. Y Labán y Jacob, teniendo en cuenta este símbolo, se despidieron. En otras palabras, se dijeron que Dios fuese quien mantuviese la memoria de la alianza y sustentase la relación en la distancia.

Hay personas a las que les gusta tirar piedras y personas a las que les gusta amontonar piedras. Uno no sabe qué decirles, porque atacar a otros es dañino, pero guardarse los malos recuerdos también. Jesús nos aconseja, con claridad, no atacar.

No hay excusa para el mal. Y también nos aconseja perdonar y olvidar. Y esa es una tarea muy difícil, si no nos ponemos en manos de Dios y le rogamos que él sea el que vigile. Nosotros, si te parece, vamos a intentar lo correcto, y él se encargará de las piedras.

Hay un mensaje especial para ti:  Matutina para Jóvenes, Domingo 23 de Mayo de 2021
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