Dios tiró piedras
El SEÑOR le dijo a Josué: “No les tengas miedo, pues yo haré que los venzas. Ni uno solo de ellos podrá contigo”. Josué 10:8, PDT.
Los reyes enemigos se aliaron entre ellos para atacar a Gabaón en venganza por haber hecho alianza con los israelitas. Esta coalición de los enemigos ayudó a Josué y su ejército, porque al reunirse cinco ejércitos, Josué no tuvo que gastar tiempo y recursos en emprender batallas separadas contra cada ciudad fortificada. Pero esta vez Josué consultó a Dios.
Mayores serán tus éxitos si decides consultar a Dios antes de tomar decisiones. No tengas miedo de enemigos que se unen contra ti. Confía como Josué, y Dios te dará la victoria. Reclama las promesas: “Con Dios conseguiremos la victoria; ¡él pisoteará a nuestros enemigos!”; “No tendré miedo, aunque todo un ejército me rodee. Confiaré en Dios, aunque me declaren la guerra” (Sal. 108:13 y 27:3, PDT).
La tarea exigía acción inmediata y Josué actuó con presteza. Marchó toda la noche con su ejército, y al amanecer logró alcanzar al enemigo antes de que este se preparara para la batalla. Algunos de nuestros proyectos fracasan, no porque Dios no los haya aprobado y bendecido, sino porque nos volvemos lentos, confiados e inactivos.
Josué persiguió a los reyes, y Dios completó la obra. Josué 10:11 describe la estrategia divina contra estos cinco reyes: “El Señor arrojó sobre los amorreos grandes piedras de granizo por todo el camino hasta Azeca, y murieron. Más gente murió por causa del granizo que por las espadas de los israelitas” (PDT). Dios, se convierte en tirapiedras, si es necesario, para salvar a sus hijos.
No fue la primera ni la última vez que Dios arrojaba piedras en defensa de sus siervos. Dios usó piedras de granizo para demostrar su poder contra los egipcios que esclavizaban a los hebreos (Éxo. 9:18-26). Dios amenazó a los falsos profetas con lluvias y granizo (Eze. 13:11, 12). Dios tiraría piedras de granizo para ser engrandecido y reconocido entre muchas naciones (Eze. 38:22, 23). También Isaías registra el uso de granizo por parte de Dios (Isa. 30:30, 31).
Aún hoy Dios tiene sus piedras reservadas para usarlas cuando sea necesario (Job 38:22, 23) y lo hará en la batalla final (Apoc. 16:21). ¿Te sientes acorralada por algún enemigo en este día? Haz tu parte y confía en que Dios tirará piedras de granizo si fuere necesario, para luchar a tu favor.