Matutina para Menores | Domingo 23 de Abril de 2023 | Libres en Cristo

Matutina para Menores | Domingo 23 de Abril de 2023 | Libres en Cristo

Libres en Cristo

“El año cincuenta lo declararán ustedes año santo: será un año de liberación, y en él anunciarán libertad para todos los habitantes del país. Todo hombre volverá al seno de su familia y a la posesión de sus tierras” (Levítico 25:10).

Cada cincuenta años la gente en Israel tenía la oportunidad de empezar de nuevo. Se perdonaban las deudas, se liberaban a los esclavos y las familias podían reunirse. Este era el año del jubileo. “Jubileo” es el sonido de la trompeta. El día diez del séptimo mes, justo al inicio del año civil de Israel, empezaba la fiesta en la que sus bendiciones se prolongaban todo el año. Esta celebración de origen divino no tiene comparación. El objetivo era establecer la justicia social. No era el plan de Dios que entre su propio pueblo se oprimieran o sacaran ventaja de las personas con menos recursos.

Si alguien había tomado decisiones equivocadas y debía mucho dinero, lo primero que ocurría es que le quitaban su tierra. Si aun así no lograba pagar, tenía que trabajar como esclavo. ¡Estaba condenado a perderlo todo y vivir por siempre como esclavo! Gracias a Dios que en su misericordia no dejaría a nadie en la miseria. Cualquier persona, aun en la peor situación, podía vislumbrar con esperanza al año cincuenta para recuperarlo todo y empezar de nuevo. Así, Dios se aseguraba que los israelitas que habían tenido que vender su propiedad para pagar una deuda la recibieran nuevamente y pudieran poseerla ellos y su descendencia. Dios garantizaba que en su pueblo no existieran diferencias abismales de clases sociales. Para que reinara la justicia primero tenía que haber paz e igualdad entre ellos.

Pero lo más maravilloso es que Jesús vino a proclamarnos el año del jubileo (Luc. 4:19). En Jesús encontramos perdón a toda nuestra deuda del pecado. Él promete restaurar nuestras relaciones con la familia y encontrar libertad de Satanás. En la Tierra, esto pasa solo en parte. Pero cuando Jesús regrese por segunda vez, la fiesta será eterna.

Dios nos devolverá el paraíso que perdieron Adán y Eva, nos reencontraremos con todos los familiares que han muerto y todos viviremos sanos y libres para adorar a Jesús por siempre.

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